La oposición rusa se congregó hoy para conmemorar el 107 aniversario de la matanza de cientos de obreros en las calles de San Petersburgo (1905), hecho histórico conocido como el "Domingo Sangriento", detonante de la primera revolución rusa.

Varios centenares de activistas se congregaron ante el monumento a los revolucionarios en la céntrica plaza moscovita Krasnoprésnenskaya, según las agencia Interfax.

En el acto opositor participan miembros del Partido Comunista de Rusia, el Frente de Izquierdas (FI), anarquistas y otros grupos minoritarios.

"El acto transcurre de manera muy digna y pacífica", afirmó a Interfax Serguéi Udaltsov (FI), quien fue liberado recientemente tras cumplir casi un mes de arresto administrativo por resistencia a la autoridad.

La concentración opositora, la primera de este año, recibió el permiso del Ayuntamiento de la capital rusa, escenario en diciembre de las mayores protestas antigubernamentales en 20 años debido a las denuncias de fraude en las elecciones parlamentarias del 4 de diciembre.

"Todos los participantes dicen que las recientes y multitudinarias protestas civiles no deben desembocar en un nuevo Domingo Sangriento", dijo.

Al mismo tiempo, Udaltsov añadió que "el pueblo debe mostrar una mayor actividad en la lucha por sus derechos y en cualquier acción de protesta deben sonar con claridad las demandas sociales, ya que la mayoría del pueblo sufre de injusticia social".

La oposición rusa ha prometido una nueva ola de protestas en 2012, tanto antes como después de las elecciones presidenciales de marzo a las que se presentará el primer ministro, Vladímir Putin.

"Los rusos ya están hartos de que les engañen y que les roben. Muchos están dispuestos a salir a las calles para influir en la situación política", aseguró Serguéi Mitrojin, líder del partido liberal Yábloko.

La Duma o cámara baja del Parlamento ruso reanuda este miércoles sus sesiones tras el receso de diez días de las fiestas del Año Nuevo, que las autoridades confían en que habrán apaciguado los ánimos de protesta de los rusos.

Según los sondeos, un 78 % de los rusos aprobaba a finales del pasado año la participación en manifestaciones pacíficas para expresar el descontento con el Gobierno, una cifra impensable hace sólo unos meses.

La oposición exige la anulación de los resultados de las legislativas, la celebración de nuevos comicios en 2012, el registro de todos los partidos, la liberación de los presos políticos y la destitución del presidente de la Comisión Electoral Central.

Putin ya ha respondido que la revisión de los resultados electorales está fuera de lugar y que la única vía que le queda a la oposición son los tribunales, aunque se ha mostrado dispuesto al diálogo.

Las autoridades han tomado medidas para apaciguar a la oposición, como la promesa de reformas políticas y el relevo del presidente de la Duma, Borís Grizlov, y del ideólogo del Kremlin, Vladislav Surkov, aunque la oposición las ha calificado de insuficientes.