Alemania, Francia e Italia prepararán de forma conjunta el Consejo Europeo del 30 de enero, en particular con la reunión que, según se anunció ayer en París, celebrarán en Roma el día 20.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro italiano, Mario Monti, confirmaron en una entrevista ayer en París el encuentro de Roma a tres bandas con la canciller alemana, Angela Merkel, que servirá para preparar la reunión del eurogrupo del día 23, pero sobre todo el Consejo Europeo una semana después.

"Italia y Francia comparten una perfecta identidad de puntos de vista sobre la forma de resolver la crisis de confianza de la zona euro", señaló Sarkozy en una declaración junto al jefe del Gobierno italiano.

Monti, por su parte, se mostró muy satisfecho por "la confianza con que Francia y su presidente perciben a Italia y por la perspectiva de una intensa labor común por Europa", en alusión a los preparativos del Consejo Europeo, en el que se espera un acuerdo sobre el nuevo tratado europeo que se quiere que esté en vigor antes de finales de año.

Responsabilidades

"Para hacer frente a esta crisis de confianza, todas las instituciones europeas deben asumir sus responsabilidades, como cada Estado de la zona euro lo ha tenido que hacer", advirtió en eventual referencia al Banco Central Europeo el jefe del Estado francés, que el lunes se reunirá en Berlín con Merkel, dos días antes de que lo haga también Monti de nuevo en Roma.

Un punto en el que parece que las posiciones no son totalmente coincidentes es en la aplicación de una tasa sobre las transacciones financieras, que París está dispuesta a aplicar de forma unilateral si no logra que los demás países le sigan.

Henri Guaino, uno de los principales consejeros de Sarkozy, avanzó ayer que su país tomará una decisión "antes de finales de enero", y el ministro de Finanzas, François Baroin, confirmó su voluntad de "ir deprisa" para que esté en marcha "durante este año".

Monti, sin embargo, se alineó con la posición de la Comisión Europea, en el sentido de que lo mejor sería la creación de ese impuesto sobre las transacciones financieras de forma concertada entre los 27 países.

Monti resaltó la necesidad de restaurar la confianza en el euro para acabar con la situación en que países como el suyo tienen que pagar tipos de interés por la deuda que no se corresponden "con la economía real".