El exdictador Manuel Antonio Noriega tenía previsto llegar anoche extraditado de Francia a Panamá, donde le aguardaba un fuerte dispositivo de seguridad para trasladarlo inmediatamente a una prisión por las condenas que tiene pendientes en este país.

"Nuestra prioridad es su seguridad", declaró ayer a los medios locales el canciller panameño, Roberto Henríquez, quien aseguró que a su llegada al aeropuerto de Tocúmen, unos 27 kilómetros al este de la capital, Noriega será entregado a las autoridades penitenciarias y trasladado inmediatamente a un prisión.

Se trata de la cárcel El Renacer, un penal de seguridad media situada en un área selvática a orillas del Canal, una zona que cuando Noriega ejercía el poder de facto en este país (1983-1989) era controlada por las autoridades estadounidenses.

El ministro de Exteriores dijo no saber si Noriega va a querer hacer declaraciones a su llegada a El Renacer, donde le aguardan numerosos equipos móviles de televisión y periodísticos.

"Es un viaje muy largo, y más para Noriega, que es una persona que tiene 77 años", recordó Henríquez en referencia al vuelo que cogió ayer el exdictador a las 06.40 GMT en París, con escala en Madrid, y que se espera llegue hacia las 18.50 horas (23.50 GMT) a Panamá.

Mario Rognoni, quien fue ministro cuando Noriega era el "hombre fuerte" del país y es uno de los pocos panameños que se confiesa amigo del exdictador, declaró al canal TV2 que el entorno del exgeneral no ha organizado ningún recibimiento y pretende que "llegue de la forma más natural" posible y que "los familiares sean los primeros que tengan contacto" con él.

Rognoni se mostró convencido de que Noriega va a querer "aclarar algunas de las imprecisiones que se han dado, que lo han inculpado injustamente en algunos casos".