Siria celebró hoy elecciones municipales en medio de una ola de violencia que dejó una veintena de muertos en todo el país, mientras que la oposición volvió a plantar cara al régimen con protestas y una huelga general.

Unos 14,5 millones de sirios fueron llamados a participar en los primeros comicios que se desarrollan en Siria desde que estallaran las protestas contra el presidente, Bachar al Asad, el pasado marzo.

La agencia de noticias oficial, Sana, informó de que se habilitaron 9.849 colegios como centros de votación y la televisión siria mostró imágenes donde se veían algunas filas de personas que acudieron a ejercer su derecho al voto.

Estas elecciones, con las que el régimen sirio quiere demostrar que está llevando a cabo las reformas democráticas exigidas, servirán para cubrir 17.588 asientos de un total de 1.337 Consejos Municipales.

Una de las novedades anunciadas fue la supervisión que llevarán a cabo los jueces de la Comisión Electoral en lugar de las tradicionales Administraciones Locales.

Preludio de las elecciones legislativas que se espera tengan lugar el próximo febrero, las municipales de hoy están abiertas a otros candidatos además de los del gobernante partido Baaz y sus aliados políticos en el Frente Progresista Nacional, según rige en la nueva ley electoral.

No obstante, el ambiente electoral viene marcado por una campaña casi inexistente y, sobre todo, por la cruenta represión de las autoridades contra los opositores.

La votación suscitó nulo interés entre los opositores, que llamaron a boicotearla y a continuar con sus medidas de presión contra el régimen.

Abul Ahad Astifo, dirigente del Consejo Nacional Sirio (CNS) -el principal órgano político de la oposición-, explicó que dichas elecciones son una "manera indirecta de enfrentarse al pueblo" y un tipo de "propaganda del régimen, que dice dar pasos hacia delante".

En lugar de acudir a las urnas, los opositores mantuvieron la huelga que iniciaron ayer en la mayoría de las provincias del país y participaron en las habituales manifestaciones.

La violencia tampoco dio tregua en esta jornada electoral y hoy dejó al menos 21 muertos en todo el país, sobre todo en la provincia de Homs (centro), donde 13 personas perdieron la vida.

Entre estas últimas víctimas hay cuatro mujeres y dos menores, uno de ellos de trece años que falleció por las heridas que le causó la explosión de una bomba de clavos en el barrio de Baba Amro.

Precisamente en Homs, uno de los bastiones de la oposición, la mayoría de los residentes secundaron la huelga y boicotearon las elecciones "porque hasta ahora las fuerzas de seguridad, los francotiradores y los tanques han usado la violencia contra ellos", dijo el miembro de la red de activistas Comités de Coordinación Local Sherin Qabani.

"Los manifestantes piden que la gente continúe en huelga hasta que se convierta en desobediencia civil", añadió Qabani.

En el resto del país, los Comités apuntaron la muerte de tres personas en la provincia de Hama (centro), tres en Rif Damasco (alrededores de la capital) y dos en Idleb (norte).

Esta última provincia fue escenario de duros choques entre las tropas de Al Asad y grupos de supuestos desertores, aseguró el Observatorio sirio de Derechos Humanos.

Mientras, en Deraa, en el sur de Siria, las fuerzas de seguridad y los matones del régimen o "shabiha" atacaron la estación de tren.

Estos actos de violencia se suman a los que vienen sucediéndose desde el inicio de las protestas en Siria, donde el número de muertes supera las 4.000 personas, según las Naciones Unidas, que han alertado del riesgo de que se desencadene una guerra civil que podría afectar la estabilidad de otros países de la zona.