La Liga Árabe aprobó ayer duras sanciones económicas sin precedentes contra Damasco, que acentúan el aislamiento de un régimen, el sirio, que ayer continuó con su espiral de violencia.

Después de múltiples ultimátum al régimen de Bachar al Asad para que aceptase el envío de una misión de observadores árabes, el jeque Hamad bin Yasim bin Yaber al Zani, primer ministro de Catar, anunció las medidas, que no serán secundadas por dos de los vecinos de Siria: Irak y el Líbano.

Las sanciones abarcan un amplio rango de instituciones y altos cargos, aunque la Liga Árabe expresó su esperanza en que afecten lo menos posible a la población civil.

El Consejo del organismo prohíbe desde ahora a altos cargos sirios -sus nombres serán decididos posteriormente- viajar a los países árabes y ordenó que se congelen sus fondos.

Además, la Liga Árabe decretó el cese de los intercambios comerciales y financieros con el Gobierno de Siria, con excepción de las mercancías necesarias para la población, así como el de las transacciones con el Banco Central Sirio. Asimismo, se prohibirán los vuelos entre los países árabes y Siria, una decisión que todavía requerirá de los ajustes que introduzca el Comité Ejecutivo Técnico de la Liga en el plazo de una semana.