El sargento estadounidense Calvin Gibbs, de 26 años de edad, fue declarado ayer culpable de todos los cargos que se le imputaban como supuesto líder de un grupo de soldados que mató a tres civiles afganos y guardó parte de sus restos como trofeos.

Gibbs, que puede recibir hasta una pena de cadena perpetua sin libertad condicional, fue declarado culpable por el tribunal militar de la base de Lewis-McChord, en el estado de Washington, informó el diario local The News Tribune.

La corte marcial determinó que Gibbs es culpable de asesinato y conspiración por la muerte de esos tres civiles afganos desarmados en la provincia de Kandahar a principios del año pasado.

El sargento reconoció durante el juicio que había guardado trozos de los cuerpos de los cadáveres como trofeo, pero rechazó declararse culpable de las muertes.

Uno de los testimonios más determinantes fue el del soldado Jeremy Morlock, que se encontraba en el grupo de militares que asesinaron a los civiles y que ya se había declarado culpable de los cargos que se le habían impuesto.