La comunidad internacional animó hoy en la ONU a los somalíes para que aprovechen los recientes avances logrados en el campo político y en materia de seguridad y trabajen para impulsar aún más el diálogo y lograr una paz duradera.

"Los recientes avances políticos y en materia de seguridad han creado una oportunidad para seguir avanzando en la paz y la reconciliación en Somalia", sostiene el documento final del foro de alto nivel sobre el país africano celebrado hoy en la sede de Naciones Unidas y que presidió el secretario general, Ban Ki-moon.

El texto, consensuado por los asistentes, subraya que esos recientes avances, ejemplificados en la hoja de ruta firmada en Mogadiscio este mismo mes, ponen de manifiesto "la importancia de establecer unas instituciones ampliamente representativas a través de un diálogo político sin exclusiones".

Para los asistentes al encuentro, en el que participaron representantes de una veintena de países, entre ellos España, y de varias organizaciones regionales como la Liga Árabe, la Unión Africana (UA) y la Unión Europea (UE), el marco para lograr esos avances políticos es esa hoja de ruta así como los acuerdos de Kampala y Yibuti.

"Exhortamos a los líderes somalíes a cumplir completamente con la hoja de ruta y a completar las tareas que contiene dentro de los plazos acordados", añade la declaración, que destaca la importancia de que se avance en materia de seguridad, incluida la lucha contra la piratería.

Además, se les anima a lograr la fijación "sin demora" de los parámetros de un proceso para redactar una nueva constitución en el país, reformar el Parlamento y fijar unas elecciones, así como para lograr la reconciliación nacional, y les recuerda "la importancia de celebrar consultas populares" sobre esas materias.

Los participantes aplaudieron también la gran respuesta de la comunidad internacional para luchar contra la hambruna en ese país africano y condenaron enérgicamente "todos los actos de violencia, incluidos los dirigidos contra las autoridades de transición y la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM)".

También reclamaron que se deje de obstruir la entrega de ayuda humanitaria a distintas zonas del país e instaron a "los grupos de la oposición a que depongan las armas y se unan al proceso de paz", mientras que recordaron a todos los Estados, "particularmente los de la región", que deben cumplir con las resoluciones del Consejo de Seguridad sobre Somalia y Eritrea.

En el encuentro participó el primer ministro de Somalia, Abdiweli Mohamed Ali, quien se reunió con representantes de países como Alemania, Burundi, Dinamarca, Estados Unidos, Etiopía, Francia, Italia, Japón, Kenia, Noruega, Rusia, Arabia Saudí, Sudán, Suecia, Turquía, Reino Unido, Uganda y Yibuti.

La comunidad internacional reafirmó así su compromiso con Somalia y pidió a los Gobiernos del mundo que amplíen su presencia diplomática en Mogadiscio y que "apoyen los esfuerzos de las autoridades de transición para consolidar la paz y la estabilidad en las zonas liberadas en el centro y sur del país".

Desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, Somalia sufre una permanente guerra civil y carece de un Gobierno efectivo, con el poder dividido entre señores de la guerra tribales, milicias islámicas y bandas de delincuentes armados.

Recientemente, el país atraviesa una grave crisis humanitaria que ha derivado en hambruna en varias de sus regiones.

Este sábado la ONU acogerá precisamente una minicumbre sobre las necesidades humanitarias en los países del Cuerno de África, en un día en que varias ONG lanzarán una iniciativa para afrontar el desastre humanitario que azota a la región.