El volcán Etna, en la isla italiana de Sicilia, entró ayer en erupción tras los episodios que registró a principios de mes, dejó varios ríos de lava en una de sus laderas y expulsó una nube de ceniza.

El volcán -la montaña más alta de Italia al sur de la cordillera de los Alpes con 3.322 metros de altura- mantuvo una intensa actividad durante tres horas.

La erupción tuvo lugar, como viene siendo habitual en las últimas ocasiones, en un cráter muy activo del sureste del volcán, que dejó importantes ríos de lava en la ladera del Valle del Bove, una zona desértica.

La nube de cenizas provocó algunos problemas de operatividad en el aeropuerto de Catania, donde varios vuelos sufrieron retrasos, aunque no fue necesario cerrar el aeródromo, como sucedió la noche del 6 de agosto, cuando permaneció clausurado durante cerca de siete horas.