La Cámara de Representantes aprobó anoche por 269 votos a favor frente a 161 votos en contra el acuerdo bipartidista que permitirá elevar el techo de deuda antes de la fecha límite -hoy- y evitar así la suspensión de pagos de Estados Unidos.

La propuesta, que aún debe ser ratificada hoy por el Senado, incluye un plan de reducción del déficit de EEUU de al menos 2,1 billones de dólares en la próxima década, exclusivamente a través de recortes en el gasto público.

Horas antes de la votación, el presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, el republicano John Boehner, animaba a sus compañeros de partido a votar a favor del acuerdo sobre la deuda, aunque no aclaraba si contaba con los votos necesarios para aprobarlo.

"En los veinte años que llevo en esta cámara, nunca he visto una oportunidad mejor que este acuerdo para poner esposas fiscales al Congreso", dijo Boehner en una comparecencia ante los medios junto con otros líderes republicanos.

Boehner consideró que ese acuerdo cumple "los dos grandes estándares" que el partido republicano ha reivindicado durante las negociaciones sobre la deuda: "no aumentar los impuestos y un recorte de gasto mayor al alza del techo de la deuda".

Además, consideró que deja abierta la puerta a la posibilidad de "añadir una enmienda constitucional" para que el presupuesto federal siempre deba estar equilibrado, una exigencia clave para los miembros del Tea Party y que no ha sido incluida en el plan final.

El plan anunciado el domingo por el presidente Barack Obama contempla una reducción del déficit en dos fases, y en la primera de ellas, de 1 billón de dólares, no habrá aumento de impuestos.

No obstante, en la segunda fase, un comité bipartidista en el Congreso deberá decidir cómo recortar otros 1,5 billones de dólares, y entonces sí habrá recortes de impuestos sobre la mesa, según ha explicado la Casa Blanca.

El líder de la mayoría republicana en la Cámara baja, Eric Cantor, expresaba también su apoyo a la medida, que "aunque no es perfecta, empieza a cambiar la cultura en Washington".

El acuerdo de deuda debería ser firmado por Obama antes del martes, cuando el Departamento del Tesoro ha advertido de que no podrá hacer frente a todas sus obligaciones.

Para la Casa Blanca, el acuerdo era providencial porque evita una suspensión de pagos que hubiese causado enormes daños a la economía.

El acuerdo "elimina la nube de incertidumbre" sobre una mora en los pagos hoy, explicó ayer el subdirector del Consejo Económico Nacional, Brian Deese, en una mesa redonda con medios en español.

Aún así, "este acuerdo está lejos sin duda de ser perfecto y no es el acuerdo que Obama hubiese escrito o promulgado si él fuese el único actor político" en el debate, reconoció Deese.

En la mesa redonda, la directora de la Oficina de Asuntos Intergubernamentales de la Casa Blanca, Cecilia Muñoz, dijo que el acuerdo aleja a Estados Unidos del abismo y "preserva los programas que protegen a la comunidad hispana".

Deese insistió en que, por ahora, no habrá recortes en los programas del Seguro Social, Medicare y Medicaid, considerados las "joyas de la corona" de la red de seguridad social estadounidense.