El Consejo de Seguridad de la ONU condenó hoy los ataques de partidarios del régimen del presidente sirio, Bachar el Asad, contra las embajadas de Francia y Estados Unidos en Damasco y pidieron a Siria que cumpla el principio de inviolabilidad de las instalaciones diplomáticas.

Los quince miembros del Consejo "condenaron en los más firmes términos los ataques contra embajadas en Damasco, que han ocasionado daños a las instalaciones y heridas al personal diplomático".

A esa condena se sumó la del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que además recordó al Gobierno de Damasco que "la seguridad de las misiones diplomáticas es responsabilidad de los países de acogida", al tiempo que le mencionó "sus obligaciones a este respecto".

"El secretario general reitera su llamamiento para que haya un diálogo creíble y auténtico, así como reformas políticas sin más retrasos", dijo el portavoz de la ONU, Martin Nesirky.

Seguidores del presidente de Siria irrumpieron el lunes en el complejo de la embajada de Estados Unidos en Damasco, al igual que en el edificio que alberga la legación diplomática de Francia, lanzando piedras.

El ataque se produjo tras la visita, el pasado viernes, de los embajadores estadounidense, Robert Ford, y francés, Eric Chevallier, a la ciudad siria de Hama, escenario de fuertes protestas contra el régimen sirio.

Las autoridades de Damasco consideraron esa visita como "una injerencia clara en los asuntos internos del país", según el ministerio de Exteriores sirio, que el domingo llamó a consultas a ambos diplomáticos.

El Consejo recordó también, mediante una declaración de la presidencia, que en julio corresponde a Alemania, que Siria tiene la obligación cumplir el "principio fundamental de inviolabilidad de las misiones diplomáticas".

"Es obligación de los gobiernos, bajo la Convención de Viena sobre las Relaciones Diplomáticas (1969), tomar todas las medidas apropiadas para proteger las instalaciones diplomáticas", subrayó el Consejo.

El embajador británico, Mark Lyall Grant, señaló, por su parte, que las autoridades sirias "han fracasado en cumplir con su responsabilidad" de proteger al personal y a las propiedades diplomáticas.

"Es justo que el Consejo de Seguridad condene esos ataques, pero no es suficiente. La brutalidad del régimen sirio ha costado ya la vida a unos 1.400 civiles y miles de desplazados a la frontera con Turquía", dijo el diplomático británico, que lamentó también que haya "miles de encarcelados, torturados y aterrorizados" en el país árabe.

Siria "es una amenaza a la paz y la seguridad internacional", dijo el embajador británico.

Reino Unido, Francia, Alemania y Portugal, con el respaldo de EEUU, presentaron al Consejo un proyecto de condena de la violencia en Siria, pero tras intensas negociaciones no han conseguido su aprobación debido a la oposición de China, Rusia, Brasil, Sudáfrica e India, que consideran que hacerlo sería intervenir en una situación interna.

La violencia de la represión del régimen de Damasco contra la población civil dura ya cuatro meses, desde que manifestantes pacíficos empezaron a solicitar, al igual que en otros países árabes, reformas democráticas al Gobierno de Bachar al Asad.

Por su parte, el embajador sirio ante la ONU, Bashar Jafari, informó de que el Gobierno de Damasco había enviado una carta al presidente del Consejo, el embajador alemán Peter Wittig, sobre lo sucedido.

Jafari dijo que su país "lamenta que Estados Unidos y Francia hayan distorsionado y exagerado los hechos ocurridos cuando grupos de jóvenes se manifestaban para protestar por las injerencias en los asuntos internos" del país.