El Gobierno sirio condenó hoy con contundencia las declaraciones que hizo ayer la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, y las calificó de "pruebas adicionales sobre la flagrante injerencia de EEUU en los asuntos internos sirios".

En una declaración a la agencia oficial siria SANA, una fuente oficial no identificada dijo que las palabras de Clinton, en las que consideraba que el presidente sirio, Bashar al Asad, ha perdido su legitimidad, son una "provocación" que pretende agravar la situación interna.

La fuente añadió que la legitimidad del régimen no se basa en EEUU ni en ningún otro país sino en el pueblo sirio, que "muestra todos los días su apoyo al liderazgo político y a las reformas radicales en estudio".

Por último, las autoridades sirias esperan que "EEUU y sus enviados obedecerán el principio de no injerencia y se abstendrán de cualquier acto que pueda provocar a los sentimientos y al orgullo nacional del pueblo sirio".

En una rueda de prensa en Washington junto a la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, Clinton dijo ayer que "(Al Asad) ha perdido la legitimidad, no ha cumplido las promesas que ha hecho, ha buscado y aceptado ayuda de los iraníes para reprimir a su propio pueblo, y hay una larga lista de acciones preocupantes".

Las palabras de Clinton llegaron tras el ataque de partidarios progubernamentales contra las embajadas estadounidense y francesa en Damasco, en protesta por la visita el pasado viernes del embajador estadounidense, Robert Ford, y del francés, Eric Chevallier, a la ciudad de Hama, escenario de grandes protestas.

Esta escalada de la tensión entre Siria y EEUU se produce durante la clausura de las reuniones preparatorias para el llamado diálogo nacional, convocado por el Gobierno sirio, en la que han participado intelectuales y políticos, pero que ha sufrido el boicot de destacados opositores.