Seis obreros inmigrantes que el pasado mes de junio protagonizaron una de las más violentas protestas sociales de los últimos años en la provincia china de Cantón (sur) recibieron penas de entre 9 meses y 3 años y medio de prisión, informó hoy la agencia oficial Xinhua.

Los hechos ocurrieron entre el 10 y el 12 de junio en la ciudad de Xintang. cuando cientos de trabajadores, en su mayoría oriundos de la provincia empobrecida de Sichuan (centro), destrozaron coches de la policía e incendiaron oficinas oficiales por la detención de una vendedora ambulante embarazada.

La policía reprimió la protesta y encarceló a al menos 25 manifestantes, algunos de los cuales ya fueron juzgados y su sentencia, comunicada hoy por la corte de Cantón.

La pena más dura fue para Li Zhonghuang, quien deberá cumplir tres años y medio en la cárcel por destruir tres coches policiales.

Li lideró un grupo que arrojó piedras e incendió vehículos, por lo que fue juzgado bajo los cargos de "creación de disturbios" y "destrucción de propiedad pública", según un documento de la corte citado por Xinhua.

El resto de los detenidos se enfrentó a los mismos cargos, pero recibió penas menores que las de su "líder".

Todos ellos reconocieron las acusaciones que se les imputaron y se declararon culpables en el juicio, según la corte.

La revuelta le costó el cargo a varios oficiales, incluyendo al secretario del Partido Comunista de China (PCCh) en Xintang.

Si bien el detonante de la protesta fue la detención de la mujer embarazada, las autoridades locales reconocieron que problemas como la inflación en los alimentos que sufre el país (más de un 10 por ciento interanual) y las malas condiciones sociales de los obreros inmigrantes fueron factores clave en el conflicto.

Tras los incidentes, el subsecretario del PCCh en la ciudad de Cantón (capital de la provincia homónima), Su Zhijia, anunció medidas para mejorar la calidad de vida de los trabajadores para evitar nuevos episodios de violencia.

Los millones de obreros procedentes de zonas rurales en China "se convertirán en una verdadera amenaza a la estabilidad a menos que mejore el trato hacia ellos en su nuevo entorno urbano", según un informe estatal publicado tras la revuelta en Cantón.

La inestabilidad social creciente por el incremento del costo de vida es una de las principales preocupaciones del Gobierno central,que ve cómo se caldean los ánimos de parte de los asalariados y aumentan las huelgas y protestas.

El mes pasado hubo también medidas de protesta de este tipo entre empleados de fábricas de cerámica, bolsos, relojes y coches en distintos puntos del país asiático.