El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, expresó hoy su preocupación por los violentos enfrentamientos entre el ejército yemení y grupos tribales que han causado numerosas muertes y heridos.

Ban "está preocupado porque esta confrontación puede llevar a una mayor desestabilización de la situación" en Yemen, señaló su portavoz, Martin Nesirky, al tiempo que indicó que el máximo responsable de Naciones Unidas insta a las partes al fin inmediato de los enfrentamientos entre los seguidores del influyente líder tribal Sadeq bin Abdalá al Ahmar y el ejército yemení.

"El secretario general pide a todas las partes que reanuden los esfuerzos para encontrar un fin pacífico a la crisis política de Yemen", agregó el portavoz.

Desde que comenzaron los enfrentamientos en la capital, Saná, entre las fuerzas armadas yemenís y los grupos armados tribales han muerto al menos 22 policías, además de que nueve milicianos tribales y cinco miembros de una misma familia, en cuya vivienda impactó una granada de mortero.

También se han contabilizado más de 60 heridos entre policías y hombres armados, entre ellos el jefe de los servicios secretos yemeníes, Galeb al Qames, que estaba en esa vivienda en un intento de mediar entre el Gobierno y la familia Al Ahmar, que simpatiza con la oposición y pide la renuncia del presidente Ali Abdalá Saleh.

Las tensiones en Saná se producen en medio de las protestas políticas que se desarrollan en Yemen desde finales de enero -al igual que en otros países del mundo árabe-, y en las que se pide el final del régimen Saleh, en el poder desde la unificación en 1990 entre el norte y el sur de Yemen.

La crisis se ha agudizado después de que el gobernante yemení se negara, por tercera vez, a firmar una iniciativa de los países del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico que incluye el traspaso del poder al vicepresidente y nuevas elecciones generales.

A pesar de ello, en sus declaraciones de hoy, Saleh dijo no tener intención de permanecer en el poder, y declaró que está listo para firmar en cualquier momento este plan para la transferencia del poder, algo que ya ha prometido antes y nunca ha cumplido.

Yemen, la nación más pobre del mundo árabe, además de la convulsión política que vive desde hace meses es escenario frecuente de acciones de Al Qaeda, que ha fijado en este país su sede regional, existe un intento de secesión en el sur y esporádicamente actúa en el norte un grupo rebelde chií.