El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se mostró dispuesto a asumir cesiones "dolorosas" para alcanzar la paz con los palestinos, aunque dejó ayer claro su rechazo a restablecer las fronteras de 1967, como propone Barack Obama.

Netanyahu pronunció ayer por segunda vez un discurso ante las dos Cámaras del Congreso de EEUU, un honor del que solo han disfrutado líderes extranjeros como Winston Churchill, Nelson Mandela y Yitzhak Rabin.

Durante su discurso, que fue ovacionado en numerosas ocasiones por los legisladores, Netanyahu rechazó el planteamiento del presidente Obama de que se reabran las negociaciones de paz tomando como base las fronteras que había en 1967 y que podrían ser modificadas si así lo acuerdan las dos partes.

La propuesta anunciada por Obama la pasada semana recibió de inmediato el rechazado de Netanyahu, que el pasado viernes se reunió en la Casa Blanca con el mandatario estadounidense, en un encuentro en que quedaron patentes sus diferencias.

Ayer, en un entorno más amigable -muchos legisladores estadounidenses comparten la causa judía- Netanyahu dejó claro que tanto él como sus predecesores quieren la paz y aceptan la creación de un Estado palestino como solución.