El presidente de EEUU, Barack Obama, partió ayer para una gira por Europa que tiene como objetivo, según la Casa Blanca, subrayar la vitalidad de los lazos transatlánticos, pero en la que la situación en Oriente Medio tendrá un gran protagonismo.

Acompañado de su esposa, Michelle, Obama llegará esta mañana a Dublín, la primera etapa de un viaje que le llevará también a Londres, Deauville (Francia) para participar en la cumbre del G8, y Varsovia.

El presidente, que el pasado jueves propuso en un discurso sobre Oriente Medio un Estado palestino basado en las fronteras de 1967, trata de dar un nuevo impulso a las negociaciones entre israelíes y palestinos, abordará este asunto y las exigencias de cambio democrático en Oriente Medio en cada una de las etapas de la gira.

Obama se reunió el viernes para abordar estas propuestas con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que ha calificado de "indefendibles" las fronteras de 1967.

Ayer pronunció un discurso ante la conferencia anual de Aipac, el principal grupo de presión proisraelí en EEUU, en el que abundó en la necesidad de llegar a un acuerdo entre israelíes y palestinos, porque la situación es "insostenible".

Nuevo impulso

El presidente dedicará especial atención a este asunto en sus reuniones con el primer ministro británico, David Cameron, en Londres; durante la cumbre del G8, donde se dedicará una sesión a los procesos de transición en Oriente Medio y ayudas a Egipto y Túnez, y con las autoridades polacas en Varsovia.

Pero Oriente Medio no será el único hilo conductor de la gira. Según declaró el consejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, se trata de una "oportunidad para coordinar y alinear nuestras posiciones en una serie de asuntos" y subrayar los lazos entre Europa y Estados Unidos.

En concreto, Obama buscará subrayar su compromiso con la defensa de los aliados europeos, la vitalidad de los lazos transatlánticos y la cooperación con Europa en áreas como la respuesta a las demandas de cambio en Oriente Medio, a la lucha contra el terrorismo o la estabilidad económica mundial.

La primera etapa será Dublín, donde el presidente estadounidense abordará cuestiones bilaterales -y, sin duda, la crisis financiera que atraviesa este país- con la presidenta Mary McAleese y con el primer ministro, Enda Kenny, además de pronunciar un discurso sobre las relaciones bilaterales.