El gobierno alemán matizó hoy el término "alegría" expresado por la canciller Angela Merkel tras conocer la muerte de Osama Bin Laden y especificó que se trataba de "alivio" por el hecho de que el líder de Al Qaeda no volverá a orquestar atentados.

"Quien conoce a la canciller sabe que el término ''alegría'' debía interpretarse en el contexto de toda su declaración, no en un sentido aislado", explicó el portavoz del Gobierno, Steffen Seibert, ante la lluvia de críticas de las propias filas de Merkel, así como del ámbito eclesiástico.

En su reacción del pasado lunes, y en respuesta a una pregunta sobre la legitimidad de la acción lanzada por EEUU para matar al líder de la red terrorista, Merkel dijo textualmente: "me alegro de que se haya conseguido matar a Bin Laden".

Merkel afirmó que la muerte de Bin Laden "es una buena noticia", ya que suponía "un importante golpe contra el terrorismo internacional", que "no respeta la vida, la desprecia y sólo mata".

Esta frase debe entenderse "dentro de su contexto" y en relación al hecho de que "de Bin Laden no saldrán más planes de atentados como los que costaron miles de vidas humanas", enfatizó Seibert, para enumerar tanto los ataques a las Torres Gemelas del 11-S como los de Madrid y Londres.

La frase de la canciller ha desatado un debate en Alemania, donde se ha recordado que Merkel, hija de un pastor protestante, preside un partido llamado cristiano -la Unión Cristianodemócrata Alemana (CDU)- y que expresar "alegría" por la muerte de alguien contraviene a los principios de su religión.

"Yo no lo habría formulado de esa manera, son ideas vengativas fuera de lugar y propias del Medievo", afirmó el presidente de la Comisión Jurídica del Bundestag, Siegfried Kauder, de la CDU.

También la vicepresidenta del grupo parlamentario conservador, Ingrid Fischbach, se distanció de su líder al comentar que "desde el punto de vista cristiano no es apropiado expresar alegría por la muerte intencionada de una persona".

A las críticas se sumó el obispo militar católico, Franz Josef Overbeck, quien considera que "como persona y más aun como cristiano uno no se puede alegrar de la muerte de una persona", aunque "se trate de un criminal".

"Como cristiana solo puedo decir que no es motivo de festejo que alguien sea matado de manera intencionada", señaló Katrin Göring-Eckardt, vicepresidenta verde del Bundestag y miembro destacado del Sínodo de la Iglesia Evangélica en Alemania.

Asimismo se ha cuestionado la legitimidad de la acción y el mismo Kauder, responsable de la comisión jurídica del Bundestag, comentó que "el homicidio arbitrario contraviene el derecho internacional".

"Si se había llegado a la conclusión de que Bin Laden no estaba ya activo desde hace tiempo, su asesinato pudo haber sido arbitrario", afirma Kauder, quien considera que "el principio de que el fin justifica los medios no es una base jurídica".

"Necesitamos normas legales precisas. Son las Naciones Unidas las que deben crear reglas vinculantes. Debe quedar claro como el agua qué es lo que se puede o no se puede hacer", señaló Kauder.

Por parte del gobierno, tanto el portavoz Seibert como sus colegas de Justicia y Exteriores dijeron que no comentarían la cuestión, puesto que no se conocen los detalles de la operación.