Francia trabaja con sus socios de la Unión Europea (UE), incluido Italia, para afrontar los "importantes desafíos migratorios", indicó hoy el Ministerio galo de Exteriores sobre la tensión entre París y Roma por los inmigrantes tunecinos.

"Sabemos que la UE está enfrentada a importantes desafíos migratorios. Trabajamos naturalmente con Italia, con todos nuestros socios y con las instituciones europeas, así como con los países de emigración", indicó un portavoz diplomático galo.

El ministro italiano de Exteriores, Franco Frattini, criticó ayer la decisión francesa de cerrar durante varias horas el tráfico ferroviario en la frontera de ambos países por lo que Francia había calificado de problemas de orden público derivados de la comprobación de la identidad de los viajeros.

Por su parte el responsable francés del Interior, Claude Guéant, declaró hoy desde Bucarest que París "no desea" tensiones con Roma y destacó que la decisión italiana de conceder permisos temporales de residencia a más de 20.000 tunecinos ha sido "contestada por muchos países de la UE".

Guéant recordó que Francia había aceptado esta disposición pero que como contrapartida se exige a los inmigrantes que demuestren que disponen de "recursos financieros suficientes".

Por otro lado, el portavoz galo de Exteriores precisó hoy que resolver las "tensiones migratorias" actuales pasan por "encontrar soluciones duraderas, conformes al derecho y a la dignidad de las personas".

En este sentido, preconizó un "planteamiento global" del problema de la migración, que incluya "el refuerzo de las misiones y los medios de la Agencia Europea de Fronteras Exteriores (Frontex) y la conclusión de acuerdos de readmisión de la UE con nuestros socios de la ribera sur del Mediterráneo".

El portavoz afirmó que la Comisión Europea (CE), aunque no se ha pronunciado oficialmente en ese sentido, les ha indicado que "las decisiones tomadas por Francia respetan las reglas europeas".

Confrontado a la presión migratoria de la llegada a la isla de Lampedusa, situada frente a Túnez, de unos 20.000 magrebíes en las últimas semanas, Italia ha entregado a esos inmigrantes permisos de residencia que, según Roma, les permiten viajar por todo el espacio Schengen, un principio que París cuestiona.

Frattini consideró "ilegítimo" y "en violación con los principios europeos" la decisión de Francia, al tiempo que anunció una protesta formal de su embajador en París.