Un segundo grupo de mil inmigrantes logró ser evacuado hoy de la ciudad portuaria de Misrata en medio de intercambios de fuego entre los rebeldes, que la mantienen bajo su control, y las fuerzas leales a Muamar el Gadafi.

La Organización Mundial de las Migraciones (OIM) confirmó que 971 inmigrantes lograron subir a un barco fletado por esta entidad, después de que éste descargase unas 500 toneladas de provisiones de emergencia que llevó a Misrata.

De los rescatados, más de 600 son ghaneanos y el resto de varias otras nacionalidades -como filipinos y ucranianos-, además de 100 libios, entre los que habían 23 heridos de guerra.

Un primer grupo de 1.200 inmigrantes pudo ser evacuados el pasado viernes por la OIM después de semanas de espera, viviendo a la intemperie o en contenedores en el puerto.

En esas circunstancias los evacuados habían llegado a una situación límite, debido a la deshidratación y debilidad en la que se encontraban a causa de la falta de comida, de agua y de atención médica.

Aunque el barco humanitario ha podido rescatar en estos dos viajes a 2.200 personas, otras 4.000 permanecen en el puerto de Misrata, donde la situación empeora cada hora y se ensombrecen las perspectivas de más misiones de rescate, indicó la organización.

De los que esperan aún ser evacuados -entre los que hay mujeres y niños- las dos terceras partes son nigerianos, y algunos cientos provienen de Sudán y Chad.

Al igual que ocurrió con el primer grupo, los evacuados en este segundo viaje desembarcarán en las próximas horas en Bengazi -ciudad controlada por los rebeldes- y desde allí serán trasladados a la frontera libio-egipcia, donde recibirán asistencia para retornar a sus países de origen.

El representante regional de la OIM, Pasquale Luponi, dijo que hay muy pocas posibilidades de sacar a todos de Misrata, pues probablemente sólo se cuenta "con algunas horas más, y no con días", para evacuar a los que siguen esperando en el puerto.

"En lugar de realizar varias misiones, lo que supondría demorar hasta la próxima semana, necesitamos un barco que pueda recibir a 4.000 personas y así realizar un último viaje en el que podamos sacar a todos al mismo tiempo", sostuvo.

Precisó, sin embargo, que la falta de fondos no permite, por el momento, planificar tal operación.