La ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, afirmó hoy que España no se plantea incrementar sus medios militares en la misión de la OTAN en Libia, ni participar en acciones aéreas de ataque contra las fuerzas de Muamar al Gadafi, como sí hacen otros países aliados.

Jiménez aseguró que lo prioritario es "intensificar la presión política" para derrocar a Gadafi, frente a la postura de Francia y el Reino Unido, que reclaman a la OTAN más contundencia para proteger a los civiles y ayudar a que los rebeldes avancen en el control del territorio libio.

La jefa de la diplomacia española hizo estas declaraciones en una rueda de prensa en Berlín antes de participar en la reunión de ministros de Exteriores de la OTAN para analizar la crisis libia.

España aporta a la operación de control del espacio aéreo cuatro cazas F-18 y un avión de repostaje en vuelo, así como una fragata, un submarino y un avión de vigilancia marítima para evitar el tráfico de armas.

"Es la fuerza que vamos a seguir prestando en el futuro", dejó claro Jiménez, quien confirmó que el Consejo de Ministros aprobará mañana una prórroga de dos meses de la misión aérea para equipararla en plazos a la naval.

La ministra recordó que este dispositivo fue el que autorizó el Parlamento y el que los países aliados aceptaron para la operación que pusieron en marcha el pasado 19 de marzo.

El mando de la OTAN ve necesarios unos quince aviones más de combate y abastecimiento para realizar ataques contra objetivos terrestres y hacer que la misión sea más eficaz.

Ante las críticas de algunos aliados, Jiménez calificó de "positiva" la forma en que se está desarrollando la misión dentro de los límites que establece la resolución de la ONU que la autoriza.

Admitió su preocupación por que haya una situación que no permita avanzar en la solución del conflicto, pero puntualizó que el mandato de Naciones Unidas "no permite a la OTAN ir más allá en el uso de la fuerza".

A su juicio, un mes de misión no debe ser visto como mucho tiempo "teniendo en cuenta que Gadafi lleva 42 años en el poder".

La ministra hizo hincapié en que las operaciones militares "no constituyen en sí mismas la solución al conflicto libio" y que ésta pasaría principalmente por una salida política.

Por ello, destacó la importancia de aumentar la presión internacional para que "le quede claro a Gadafi que está aislado internacionalmente" y que debe dejar el poder para dar paso a un proceso de transición democrática que mantenga a Libia unida.

"Gadafi no puede ser parte de la solución", concluyó la ministra, quien reiteró en que el líder libio ha perdido toda la legitimidad.

Sobre la posibilidad de facilitar armas a los insurgentes, insistió en que por ahora no es posible y que tampoco es una demanda que el opositor Consejo Nacional de Transición (CNT) haya planteado formalmente a los países aliados.

Jiménez apuntó que sería preciso una nueva resolución de Naciones Unidas o una decisión unánime de su Comité de Sanciones para dar armamento a los opositores libios.

Sí consideró más viable el que se puedan disponer de los fondos bloqueados a Gadafi en distintos países europeos para usarlos como garantía de préstamo en favor de la población civil.

Jiménez informó de que el Gobierno español va a estudiar cuál es "la solución jurídica más adecuada" para acceder a este dinero, que en su mayor parte procede de las operaciones de empresas con el régimen de Gadafi depositadas en el Aresbank.

A la espera de contar con estos fondos, la titular de Exteriores subrayó el compromiso de España en seguir prestando ayuda humanitaria, que hasta ahora se ha cifrado en cinco millones de euros.

En la reunión de hoy en Berlín, participan algunos de los países árabes que apoyan la misión, como Catar, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos y Jordania, así como delegados de la Unión Africana.