La Agencia Internacional de la Energía Atómica ha asegurado este miércoles que uno de los trabajadores que ha estado operando en la central nuclear de Fukushima-1 ha recibido una alta dosis de radiación que podría aumentar el riesgo de que sufra cáncer.

El trabajador en cuestión ha recibido cerca de 0,1 sievert, unos 106,3 milisieverts, aunque no ha precisado tratamiento médico. Además de este empleado, otros 18 trabajadores han estado expuestos a radiación desde que comenzaron los problemas en la central tras el terremoto de nueve grados del pasado 11 de marzo, según el organismo con sede en Viena. La dosis media que suele recibir un trabajador de una planta es de 50 milisieverts cada cinco años.

Este límite fue ampliado la semana pasada por el operador de Fukushima, la compañía TEPCO, hasta los 100 milisieverts para los trabajadores de los equipos de emergencia que continúan en la central para evitar que la situación empeore.

"Los 0,1 sievert no son ciertamente una dosis baja y el individuo puede tener un mayor riesgo de cáncer en el futuro, por lo que es algo que debe evitarse. Es una dosis alta", ha explicado el alto cargo de la AIEA Graham Andrew en rueda de prensa.

El organismo con sede en Viena ha indicado que las autoridades japonesas le han informado de que dos prefecturas cercanas a la planta, Chiba e Ibaraki, han sido avisada para que controlen el marisco ante la posibilidad de que presente radiación.

Andrew ha afirmado que se han detectado altos niveles radioactividad en yodo y cesio cerca de los puntos de descarga de agua de la planta nuclear, "antes de su disolución en el océano". Las propias autoridades japonesas han examinado el agua marina en las inmediaciones de la central y han subrayado que los elevados niveles de radiación detectados no son preocupantes.

Con el objetivo de enfriar los reactores y las piscinas de combustible nuclear usado, los trabajadores han estado inyectando agua en los sistemas de refrigeración de la planta durante los últimos días. Esta operación, según han reconocido las autoridades japonesas, ha provocado que parte del agua lanzada en los reactores haya llegado hasta el mar.

Este miércoles, el reactor tres de la central nuclear ha registrado una nube humo de negro, que ha obligado a evacuar a los trabajadores de los equipos de emergencia, un incidente del que la AIEA ha asegurado que no ha sido informada.

Andrew ha explicado que las autoridades japoneses han informado a la AIEA de que los niveles de radiación en la central están disminuyendo y ha sugerido que el yodo y el cesio radioactivos en las zonas próximas a la planta han aumentado.

Por su parte, el ex alto cargo de la AIEA Olli Heinonen ha criticado este miércoles la respuesta inicial que dio el organismo internacional tras el terremoto y el tsunami del 11 de marzo y ha asegurado que proporcionó información escasa e incompleta sobre la situación nuclear en Japón.

La AIEA le ha respondido que sólo puede proporcionar a sus miembros información si a su vez se la remite Japón. "Creo que nuestra respuesta era la mejor que podíamos dar en estas circunstancia. Estoy sorprendido por escuchar que nos está criticando. Debería entenderlo, creo, por haber trabajado aquí", ha dicho Andrew, en respuesta a Heinonen.