La causa liberal paquistaní perdió ayer al ministro de Minorías, el cristiano Shahbaz Bhatti, asesinado en Islamabad como hace casi dos meses el gobernador de la provincia de Punyab, Salman Tasir, ambos críticos con las leyes antiblasfemia. Una fuente policial relató que varios hombres armados en un coche blanco dispararon contra el ministro en el barrio capitalino I-8/3 y se dieron a la fuga.

El ministro católico, que se hallaba en su vehículo, recibió veinte balazos y sucumbió a sus heridas, según la fuente.

Las cadenas de televisión mostraron imágenes de un coche negro acribillado por las balas y aseguraron que en el lugar del ataque se hallaron panfletos de la facción provincial punyabí de los talibanes paquistaníes, algo que ninguna fuente policial confirmó.

Una fuente de los servicios secretos paquistaníes (ISI) comentó que el ministro había salido de su domicilio, iba "sin seguridad" y fue asesinado por "hombres sin identificar".

Las medidas de seguridad en Islamabad se han extremado tras conocerse el atentado. "Llevar seguridad o no era su decisión. Se supone que tenía que llevarla. Su conductor está bajo custodia y ha dicho que los asesinos iban en shalwar kamiz (vestimenta tradicional paquistaní)", dijo el inspector general de la Policía.

El primer ministro, Yusuf Razá Guilani, condenó el asesinato y lamentó que tenga lugar "cuando toda la nación estaba intentando construir puentes entre los creyentes de diferentes fes y sectas".

Bhatti era el único ministro cristiano del Gabinete y estaba en la diana de los grupos integristas islámicos por su voluntad de reformar las leyes antiblasfemia de Pakistán. La modificación de inspiración islamista del código penal introducida en la década de 1980 por el dictador Zia-ul-Haq tipificó la pena de muerte para casos de blasfemia. La intención de Bhatti, que pertenecía al gobernante Partido Popular (PPP), era proteger no sólo a las minorías religiosas, sino a la mayoría musulmana que es víctima del "abuso" de esta ley.

Propuso reformarla, consciente de que su eliminación total sería más difícil, pero tras el asesinato de Tasir y la agitación del clero islámico y los grupos radicales su Gobierno dejó claro que no tocaría el código penal.