El primer ministro tunecino, el octogenario Beyi Said Essebsi, tiene ante sí un complicado rompecabezas, cuyo resultado debería ser la formación de un nuevo ejecutivo de transición que encarrile a Túnez hacia un proceso democrático.

Essebsi se reunió hoy en la capital tunecina con el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, el primer dirigente europeo que visita Túnez desde el triunfo de la revolución popular que el pasado 14 de enero depuso al presidente Zine El Abidín Ben Alí.

Las palabras de ánimo al proceso de transición tunecino pronunciadas por Zapatero habrán animado a Essebsi a seguir con su tarea, la cual se le presenta realmente complicada, teniendo en cuenta que cuatro ministros han abandonado el gobierno en los dos últimos días.

Essebsi lleva a cabo hoy intensas gestiones para recabar el apoyo de personalidades que quieran sumarse al ejecutivo de transición.

Fuentes gubernamentales tunecinas dijeron que una de esas personalidades podría ser Abdelsatar Ben Nur, directivo de la cadena de televisión privada Nessma TV, uno de cuyos accionistas es el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.

El lunes dimitieron los ministros de Industria, Aziz Chlabi, y de Cooperación Internacional, Mohamed Nuri Yuini, ambos pertenecientes al Reagrupamiento Constitucional Democrático (RCD), el partido de Ben Alí, mientras que el martes lo hicieron los titulares de Educación Superior, Ahmed Ibrahim, del izquierdista Movimiento de Renovación, y Nayib Chebbi, del Partido Demócrata Progresista (PDP).

A todas estas dimisiones hay que unir la que protagonizó el pasado domingo el anterior jefe del Ejecutivo, Mohamed Ghanuchi, a quien sustituyó Essebsi y al que algunos ministros dimisionarios acusan de haber entorpecido hasta la parálisis el gobierno de transición.

Esta es la opinión de Ahmed Ibrahim, quien en declaraciones acusó hoy a Ghanuchi de forzarle a abandonar el gobierno, dado que "relegó a los ministros a un papel decorativo".

El político izquierdista indicó que tomó la decisión definitiva de dimitir tras los violentos incidentes que sacudieron el pasado fin de semana la capital tunecina, que fue escenario de constantes enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad.

A juicio del ministro dimisionario, dichas algaradas estuvieron provocadas "por grupos fascistas vinculados al RCD".

La mala gestión, a juicio de Ibrahim, que hizo el Ministerio tunecino del Interior sobre la manera de controlar dichos incidentes y a los grupos que los estaban provocando, le llevó finalmente a dimitir, subrayó.

El Movimiento de Renovación "ahora dará un apoyo crítico" al gobierno" y, también al denominado Alto Consejo para la Protección de la Revolución, la instancia que agrupa a la mayor parte de las fuerzas políticas y sociales tunecinas que contribuyeron a la caída de Ben Ali.

Existen divergencias sobre el papel que dicho movimiento debe desempeñar en el proceso de transición tunecino, pues mientras muchos de sus componentes abogan porque tenga un rol decisorio, otras fuerzas, como el propio Movimiento de Renovación, sostienen que su papel debería ser meramente consultivo.

Según Ibrahim, si se dotara de poder decisorio al Alto Consejo, "se debilitaría al gobierno" en su tarea de llevar a cabo una transición sólida hacia la democracia.

Por otro lado, las organizaciones patronales tunecinas ya han comenzado a exigir movimientos claros al gobierno que sirvan de mensaje para reactivar la economía nacional, virtualmente paralizada desde la salida de Ben Alí.

Varios de cientos de personas convocadas por las organizaciones empresariales y patronales agrarias se manifestaron hoy en la capital tunecina en demanda de una rápida reactivación de la economía del país, cuyo estado califican de "pésimo".

En declaraciones a Efe, un representante de la patronal tunecina que pidió el anonimato dijo que "todos apoyamos el proceso democrático" iniciado tras la revolución que depuso a Ben Alí.

Sin embargo, subrayó, "la situación económica es pésima y es necesario ponerse a trabajar ya" para que la economía tunecina recupere el pulso.

El representante de la patronal dijo que el gobierno de transición no les ha convocado todavía a ninguna reunión "y sólo dialoga con la UGTT", la Unión General de Trabajadores Tunecinos, la mayor central sindical de Túnez y uno de los principales actores del proceso de transición iniciado tras la caída de Ben Ali.

"La economía de Túnez no se levantará sólo con la actuación de los sindicatos; es necesario que se tenga en cuenta también a las organizaciones empresariales", manifestó.