Los países de la OTAN autorizaron hoy a los responsables militares de la organización a continuar con sus planes para una posible acción de evacuación o ayuda humanitaria en la crisis de Libia, según informaron fuentes diplomáticas.

Los embajadores de los 28 países aliados debatieron hoy el agravamiento de la situación en Libia, que es causa de "preocupación", y acordaron la continuación de la elaboración de esos planes.

Los militares de la Alianza Atlántica habían comenzado a elaborar los primeros planes de contingencia el pasado lunes, después de una primera reunión de urgencia a nivel de embajadores el viernes anterior, agregaron las fuentes.

El objetivo es que la organización pueda estar lista para actuar en caso de una petición del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

El secretario general aliado, el danés Anders Fogh Rasmussen, señaló a los embajadores que continúa las consultas con socios internacionales "a fin de asistir en cualquier eventualidad en caso de una solicitud", dijo por su parte la portavoz de la OTAN, Oana Lungescu.

La reunión de embajadores se produjo mientras varios países de la Alianza Atlántica están incrementando sus dispositivos o preparativos militares en el Mediterráneo o preparando la posibilidad de una zona de exclusión aérea sobre el cielo libio.

Dos unidades de la Marina de EEUU, el buque de asalto anfibio "Kearsarge" y el navío de desembarco "Ponce", entraron ayer en aguas del Mediterráneo y se dirigen a las proximidades de Libia, según el Pentágono, para ayudar en las operaciones humanitarias y de evacuación.

El viceprimer ministro británico, Nick Clegg, afirmó hoy en Bruselas que su país se está preparando ante la posibilidad de imponer una zona de exclusión aérea sobre el país.

"En acontecimientos que evolucionan muy rápido como este hay que planear y tratar de anticiparse, estudiar cualquier posible medida. Y eso es lo que hemos hecho y lo que habrán hecho la mayoría de gobiernos, incluido el asunto de la zona de exclusión", dijo.

Clegg dejó claro, eso sí, que su país nunca emprenderá un movimiento de este tipo en solitario y recordó que antes de una acción como esa hay que resolver asuntos legales y técnicos.

Las fuentes diplomáticas de la OTAN recalcaron que la organización no se plantea poner en marcha una zona de exclusión aérea sobre Libia sin una decisión previa de Naciones Unidas.

El viernes pasado, Rasmussen señaló al término de una reunión de urgencia de embajadores que la OTAN estaría lista para "cualquier eventualidad" en esta crisis.

La discusión en la sede de la Alianza se produjo mientras fuerzas leales y opuestas a Gadafi se enfrentaron hoy por el control de la ciudad de Briqa, importante centro petrolero a unos 200 kilómetros al oeste de Bengasi, que quedó en poder de los rebeldes tras los combates.

El ataque de las fuerzas leales a Gadafi tuvo el apoyo de aviones, según dijeron residentes de Briqa a canales de televisión árabes.