El secretario general del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland, dijo hoy que el flujo de refugiados y demandantes de asilo procedentes de los países árabes tras las revueltas representa un "gran desafío" no solo para los Estados europeos del sur, sino para el conjunto de Europa.

"He presentado hoy al comité de ministros algunas pistas de las directrices destinadas a ayudar a los países a abordar esta cuestión sobre la base del respeto de nuestras convenciones y de nuestros estándares en materia de derechos humanos", afirmó el político noruego en declaraciones facilitadas a la prensa.

Sin dar más detalles al respecto, en su reunión semanal con los representantes de los ministros de los países miembros explicó el viaje a Túnez el pasado 21 de febrero junto con el ministro turco de Exteriores, Ahmet Davutoglu.

"Lo primero que se debe hacer en Túnez para ayudar a las autoridades es trabajar con ellas en el cambio de la ley electoral. Tras unas elecciones libres y justas del Parlamento éste podrá adoptar una nueva Constitución", apuntó Jagland.

Añadió que el Consejo de Europa "está particularmente bien situado para apoyar a Túnez en esa vía", con instrumentos como la Comisión de Venecia, que ofrece consejos jurídicos y promueve la democracia a través del derecho.

El secretario general de esa organización indicó además que Túnez "requiere una coordinación de las organizaciones internacionales" como la ONU, la Unión Europea, la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) y el propio Consejo.