Las 130 empresas italianas que el Instituto de Comercio Exterior (ICE) de Italia calcula que están presentes en Libia miran con preocupación la revuelta popular contra el régimen del líder libio Muamar el Gadafi, que puede comprometer sus intereses comerciales y productivos en la zona.

Según datos del ICE, ese centenar de compañías italianas con intereses en el país norteafricano dan trabajo en la zona a unas 600 personas, muchas de los cuales las mismas empresas comienzan ahora a repatriar por la escalada de violencia que se ha registrado en las últimas horas en Libia.

El país magrebí es el primer suministrador de petróleo de Italia, con el 23,3 por ciento de las importaciones de crudo desde territorio italiano, lo que se tradujo en 2010 en un total de 18,1 millones de toneladas del llamado "oro negro".

Libia supone además la cuarta mayor fuente de gas para Italia, con el 10 por ciento de las importaciones, por detrás de Rusia, Irán y Azerbaiyán, zonas consideradas desde Roma como poco estables que hacen del país norteafricano una de las principales bazas gasísticas, gracias también a su proximidad geográfica.

Precisamente estos dos sectores productivos son los que más preocupan a las autoridades italianas, cuyo Gobierno, presidido por Silvio Berlusconi, convocó para hoy una reunión extraordinaria para abordar la crisis de Libia, país con el que Italia firmó un Tratado de Amistad en 2008.

Preocupa, sobre todo, las posibles repercusiones de la crisis libia para el grupo energético Eni, que hoy mismo anunció la suspensión temporal del suministro de gas desde Libia a través del gasoducto Greenstream, por el que llegan hasta Italia unos 8.000 millones de metros cúbicos de gas natural al año.

Eni, que aún mantiene a 34 empleados en distintos puntos productivos de Libia, explicó hoy que ha suspendido temporalmente algunas de sus actividades de gas natural y producción petrolífera en el país norteafricano.

De hecho, en territorio libio Eni bombea 244.000 barriles de petróleo al día, lo que supone poco menos del 15 por ciento de la producción del grupo energético italiano, que el año pasado obtuvo por parte del Gobierno libio su compromiso para prolongar otros 25 años sus concesiones en el país a cambio de invertir en ese periodo de tiempo 28 millones de dólares en distintos proyectos.

El grupo de electrónica de defensa italiano Finmeccanica es otro de los que tiene importantes intereses económicos en Libia, país del que ha comenzado a evacuar ya a algunos de sus trabajadores de la planta que de Abu Aisha, a unos sesenta kilómetros al sur de Trípoli.

Finmeccanica acaba además de abrir una instalación para el montaje de helicópteros Augusta y ha recibido un importante encargo por parte de las autoridades libias para rehacer los sistemas de señales ferroviarias.

Con importantes intereses en Libia figura también dentro de esa lista de 130 empresas italianas la constructora Impregilo, a la que se le ha confiado la construcción de tres centros universitarios, así como la automovilística Fiat, que participa en plantas de montaje de vehículos industriales de capital libio e italiano.

Las relaciones económicas de Libia con Italia se producen también en el sentido inverso, pues existe presencia libia en territorio italiano, con el caso más polémico del gigante financiero Unicredit, que vio en septiembre pasado cómo su consejero delegado tenía que dimitir por la polémica generada por el incremento de capital del país norteafricano hasta el 7,5% del grupo bancario.