El primer ministro tunecino, Mohamed Ghanuchi, que permanecerá al frente de un Gobierno sin el peso que mantenía la vieja guardia del depuesto presidente, Zine El Abidine Ben Alí, se comprometió hoy a llevar al país magrebí hacia unas elecciones libres y supervisadas por observadores internacionales.

Tras varios días de negociaciones e incertidumbre, Ghanuchi anunció hoy en la televisión estatal un nuevo Ejecutivo sin la presencia de los más detestados ministros de Ben Alí e integrado esencialmente por gestores desvinculados del antiguo régimen.

Tal como avanzó EFE el miércoles, salen del Gobierno los principales ministros, como el de Interior, Ahmed Fría, el de Exteriores, Kamel Morjani, el de Defensa, Rida Grira o el de Finanzas, Rida Chalgum.

Sin embargo, se mantienen Ghanuchi y dos ministros de menor peso que pertenecían al partido del poder del antiguo régimen -la Reagrupación Constitucional Democrática (RCD)- el de Industria, Hafif Chalbi y el de Planificación y Cooperación Internacional, Nuri Yuini.

Ghanuchi ocupó el cargo de primer ministro durante los últimos 11 años con el anterior presidente, aunque no se vio mezclado en la corrupción que corroía al régimen y se le considera en general un buen gestor, más tecnócrata que político.

El primer ministro afirmó hoy durante su discurso en televisión que "las consultas con todos los partidos políticos y los componentes de la sociedad civil que aceptaron participar" en las negociaciones permitieron formar este "Gobierno provisional".

"Su misión será organizar elecciones para que el pueblo elija en toda libertad", dijo e instó a los tunecinos a "retornar al trabajo".

Ghanuchi, cuya permanencia en el cargo ha sido contestada por buena parte de los tunecinos desde hace días, dijo que el nuevo Gabinete "se compromete a que las elecciones sean organizadas bajo el control de una comisión independiente" y con la presencia de observadores internacionales que garanticen su transparencia.

Poco antes del anunció del nuevo Gobierno, el ministro de Exteriores, Kamel Morjani, presentó su dimisión, distanciándose con ello del resto de ministros salientes, tanto en la forma como en las explicaciones que ofreció.

"Considerando el interés de Túnez y en apoyo a la acción del Gobierno de unidad nacional para conducir al país a un futuro estable, he decidido renunciar a mis funciones", afirmó Morjani a la agencia oficial.

Asimismo, señaló que presentó su dimisión con el objetivo de apoyar la acción del Gobierno "para que la revolución popular vivida por nuestro país aporte sus frutos y colme las aspiraciones de nuestro pueblo a la libertad, el orgullo y la dignidad".

Morjani, de 69 años y formado en prestigiosas universidades norteamericanas, entró en el Gobierno del presidente depuesto Ben Alí en 2005 como ministro de Defensa y después pasó a Exteriores.

En Túnez se le consideraba durante los últimos años como el candidato de EEUU para suceder a Ben Alí y algunas fuentes le han atribuido un papel clave en la salida del país del anterior presidente, junto al jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Rachid Ammar.

Antes del anuncio del nuevo Ejecutivo, miles de personas continuaron hoy manifestándose contra el Ejecutivo, tanto en la capital como en diferentes regiones del país.

En la ciudad de Sidi Buzid, donde se inició la revuelta social que forzó la caída del anterior régimen y que hoy vivió una huelga general, salieron a las calles miles de manifestantes que clamaron también contra Ghanuchi.

"No al robo de nuestra revolución", gritan los manifestantes o "Seremos leales hasta el final a los mártires", en referencia a las decenas de muertos causados por la represión de la revuelta, que fue especialmente cruenta en regiones como Sidi Buzid o la vecina Kaserín.