El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, anunció hoy una serie de medidas para mejorar la respuesta ante la próxima llegada de una nueva nevada, y evitar que la ciudad vuelva a caer en el caos a causa de la excesiva acumulación de nieve.

Ante el anuncio de que mañana viernes llegará a la zona de Nueva York un nuevo frente que podría dejar unos doce centímetros de nieve -frente al más de medio metro caído el último fin de semana de 2010-, el alcalde ha querido dejar claro a los ciudadanos que la ciudad está preparada para cualquier eventualidad.

Para ello recordó que la Gran Manzana cuenta con 400 camiones de sal, 1.700 quitanieves y miles de trabajadores "listos para actuar" en el caso de que una nueva tormenta de nieve de gran magnitud sorprenda de nuevo a la ciudad.

Bloomberg añadió que se han instalado dispositivos GPS en los camiones de limpieza y se repartirán cámaras de vídeo a equipos que se desplazarán por la ciudad para comprobar el estado de las vías.

Se trata de una medida que ya se ha llevado a cabo en algunas zonas de la ciudad y que ahora se ampliará, sobre todo al barrio de Brooklyn, uno de los más castigados por el pasado temporal y en el que más se tardó en actuar para retirar la nieve.

El alcalde detalló así que para la próxima nevada desplegará varios equipos de operarios por toda la ciudad con videocámaras para grabar las calles más afectadas y transmitir esas imágenes.

"Los observadores ofrecerán una visión directa de las condiciones reales en las calles a las personas que están a cargo de la respuesta ante un temporal", indicó Bloomberg, quien dijo que los dispositivos GPS servirán para tener localizados a los camiones encargados de la limpieza en todo momento.

Pese a que la cantidad de nieve que se espera caiga en la ciudad en las próximas horas no es extraordinaria, el alcalde ha querido comparecer ante los medios después de haber sido el blanco de las críticas debido a que en los últimos días de 2010 Nueva York se viera sumida en el caos debido a un gran temporal que cerró los aeropuertos y paralizó las calles desesperando a los ciudadanos.

El alcalde reconoció que la ciudad ha vivido bajo su mandato unas setenta tormentas de nieve como la que se espera para el viernes y que las autoridades se enfrentaron a ellas "aceleradamente y sin mayores incidentes".

"No esperamos que esta vez sea diferente", señaló Bloomberg, quien, sin embargo, reconoció que en el pasado temporal fallaron ciertos aspectos, "sobre todo en los referente a la recolección de información".

"No sabíamos donde estaban todos nuestros camiones, ni cuántos vehículos ni autobuses había atascados en las calles. Nos faltaba la información que necesitábamos para responder adecuadamente", indicó.

Casi dos semanas después de la gran tormenta, aún se acumulan las bolsas de basura en las calles de la ciudad, mientras las autoridades investigan si la pobre respuesta se debe, como afirman algunos, a un boicot de los operarios municipales.

Por lo pronto, el jefe de los servicios de emergencia del Departamento de Bomberos, John Peruggia, ha sido apartado de su cargo después de que esta semana se conociera que al menos han fallecido tres personas en la ciudad debido a retrasos en la llegada de ambulancias a varias zonas de la ciudad debido a la nieve.