Una nueva ley entrada en vigor a comienzos de año en Turquía permitirá que miembros de la organización terrorista turca Hezbolá y asesinos mafiosos sean excarcelados, lo que ha causado fuertes protestas y desconcierto en el país.

Según esta ley, los sospechosos de delitos graves y terrorismo, que están encarcelados, pero que aún no han sido condenados en un tiempo entre cinco y diez años, deben ser puestos en libertad, porque la Justicia considera que este plazo de detención no es razonable.

La lentitud de la Justicia turca y la extrema carga de trabajo del Tribunal Supremo han desembocado en casos de sospechosos que han permanecido más de una década en prisión sin haberse pronunciado una sentencia.

A principios de esta semana, varios sospechosos del movimiento terrorista Hezbolá, un grupo fundamentalista turco sin relación con el grupo libanés Hezbolá, fueron excarcelados, pese a versiones aterradoras sobre sus actividades que han conmocionado a la sociedad turca y que inicialmente los llevaron a la cárcel.

Hezbolá fue desarticulado en el año 2000, tras descubrirse varias casas con tumbas de personas que habían sido asesinadas, presuntamente por este movimiento, muchas bajo el cruel método del "nudo porcino" por el que las víctimas morían lentamente estranguladas.

La excarcelación de los considerados como responsables del asesinato de más de un centenar de personas por este sistema fueron sentenciados a cadena perpetua, pero estas sentencias no habían sido aprobadas aún por el Tribunal Supremo, lo que ha dividido a la sociedad turca.

El responsable de las apelaciones del Tribuanl Supremo, Hasan Gerceker, declaró al canal de televisión CNN-Türk que una detención de una duración máxima de una década no puede ser aceptada como razonable ni armoniza con las normas de la Unión Europea.

Agregó que unos 1,5 millones de pliegos están a la espera de ser apelados ante el Tribunal Supremo e instó al Gobierno turco a buscar una solución para liberar a los jueces de esta enorme carga de trabajo.