Las inundaciones que afectan al noreste de Australia se extendieron ayer por más zonas del interior, elevando el número de comunidades incomunicadas por el agua, cuyo nivel continúa subiendo debido a las peores riadas en cinco décadas.

En el estado de Queensland, la mayoría de los 75.000 habitantes de la localidad de Rockhampton están totalmente aislados por tierra y dependen de helicópteros del Ejército para recibir comida, una situación que se prolongará durante al menos dos semanas más.

Unas 500 casas fueron evacuadas y otras 1.200 quedaron sumergidas antes de que el río Fitzroy alcance hoy su máximo nivel, de lo que los dueños de algunas tiendas intentan protegerse con sacos de arena. Las riadas se han mezclado con el agua de las cloacas, el suministro eléctrico es intermitente, proliferan los mosquitos y algunos residentes comunicaron avistamientos de cocodrilos, sapos venenosos y serpientes en el centro de Rockhampton.

Las inundaciones también se han extendido a otras zonas del interior como Surat y St. George, comunidades situadas 500 kilómetros al oeste de Brisbane y que también quedarán incomunicadas por la crecida del río Balonne.

Los vecinos, ayudados por las fuerzas de seguridad, trabajan contrarreloj para estar preparados para la llegada del torrente de agua.