El presidente de EEUU, Barack Obama, efectuó hoy una lectura optimista de la revisión anual de la estrategia para Afganistán, al indicar que la guerra es aún "una empresa muy difícil" si bien aseguró que la retirada podrá comenzar el próximo julio.

Obama compareció hoy en la sala de prensa de la Casa Blanca para presentar un resumen de cinco páginas, lo único que se ha hecho público del documento, dado que el resto permanece clasificado.

El resumen señala que se han logrado "frágiles" progresos en algunas zonas pero advierte de que podrían "volverse en contra".

Pero sí declara que es posible comenzar el próximo julio la retirada gradual de las tropas de EEUU y dejar poco a poco en manos de las fuerzas afganas la seguridad del país, según prevé la estrategia para la guerra que Obama aprobó en noviembre del año pasado.

Las principales zonas donde se han registrado avances contra los talibanes se encuentran en el sur de Afganistán, en particular en las provincias de Helmand y Kandahar, tradicionales feudos suyos.

"El ímpetu que los talibanes han logrado en años recientes se ha detenido en gran parte del país y se ha revertido en algunas áreas clave", señala el documento, que no obstante subraya que "estos progresos siguen siendo frágiles y pueden echarse a perder".

Para apuntalarlos, es imprescindible que se logre eliminar los refugios que los talibanes y la red Al Qaeda mantienen en las zonas tribales paquistaníes en la frontera con Afganistán, agrega el sumario.

Los logros en Pakistán, indicó el presidente estadounidense, no han sido todo lo rápidos que es necesario.

Obama aseguró en la rueda de prensa que "damos la bienvenida a las grandes ofensivas paquistaníes en las áreas tribales" mantenidas este año pero "seguiremos insistiendo en que hay que atajar esos refugios".

En cambio, sí se han logrado avances en la seguridad y en la lucha contra la red terrorista Al Qaeda, aseguró el presidente estadounidense, que precisó que si bien "llevará tiempo, seguiremos tratando sin descanso de derrotarla y desmantelarla".

Hoy día, declaró, "es más difícil para Al Qaeda viajar, reclutar, adiestrar, planear o perpetrar ataques", señaló Obama, quien indicó que antes de hacer público el documento ha informado de su contenido a los presidentes de Afganistán, Hamid Karzai, y Pakistán, Asif Zardari.

Otro aspecto clave de la revisión, explicó el presidente estadounidense, "confirma la necesidad urgente de un desarrollo político y económico en Afganistán", algo a lo que EEUU se encuentra "completamente comprometido".

En general, el sumario estipula que la estrategia, cuyo aspecto militar se encarga de poner en marcha el general David Petraeus, comandante de las tropas de EEUU y la OTAN en Afganistán, "crea las condiciones para que comience en julio de 2011" la retirada de las tropas internacionales, según el documento.

La revisión tenía como objeto analizar la estrategia que Obama aprobó en noviembre del año pasado y determinar qué áreas tienen éxito y en cuáles hay que aplicar cambios o poner más el énfasis.

El presidente estadounidense terminó de examinar la revisión el pasado martes en una reunión con su equipo de seguridad nacional en la Casa Blanca, donde se rindió homenaje al enviado de EEUU para Pakistán y Afganistán, Richard Holbrooke, encargado de poner en marcha el aspecto civil de la estrategia y que falleció por un desgarro de aorta el pasado lunes.

Actualmente hay en Afganistán unos 100.000 soldados estadounidenses -30.000 más que hace un año- y unos 30.000 de la OTAN y otros aliados de Washington integrados en la Fuerza Internacional (ISAF).

La estrategia actual prevé aprovechar esos refuerzos para mejorar la seguridad en áreas de Afganistán, al tiempo que se acelera el proceso de formación de las fuerzas de seguridad de ese país.

La idea es que a partir de julio de 2011 los soldados y policías afganos puedan comenzar a hacerse cargo de la seguridad, en un proceso que concluiría en 2014, según quedó aprobado en la cumbre de la OTAN celebrada el mes pasado en Lisboa.

En este sentido, uno de los grandes desafíos que se plantean, según el informe, es mejorar no sólo el adiestramiento de las fuerzas afganas sino reducir los altos niveles de abandono. Es clave mejorar los bajos niveles de alfabetización y la formación de líderes entre esas fuerzas, señala.