El ministro luso de Asuntos Exteriores, Luis Amado, aseguró hoy que ningún vuelo procedente de Guantánamo sobrevoló Portugal porque "nunca hubo una petición formal" por parte de EEUU, aunque precisó que las leyes de su país lo permitían.

Amado, en unas declaraciones a la radio pública TSF, respondió así a la información recogida en uno de los cables revelados por WikiLeaks, y en el que la Embajada de EEUU en Lisboa reporta sobre el acuerdo alcanzado en 2006 con el Ejecutivo luso para permitir el paso de aviones con prisioneros de Guantánamo por su espacio aéreo y el uso de la base aérea de Lajes, en las Islas Azores.

"Habiendo un conjunto de medidas y de garantías en la ley portuguesa que permitirían al Gobierno portugués ayudar al americano a resolver su problema, el hecho es que nunca hubo una petición formal para ninguna operación", subrayó Amado.

El ministro portugués de Exteriores insistió en que si EEUU hubiera solicitado llevar a cabo una operación de este tipo, "no habría nada que no pudiera hacerse o divulgar".

Amado también precisó que fue él quien dirigió las conversaciones con el embajador estadounidense en Portugal de entonces, Alfred Hoffman, de las que mantuvo "informado" al primer ministro, Jose Sócrates.

Los cables revelados por WikiLeaks aseguran que el acuerdo alcanzado entre EEUU y Portugal permitía la repatriación de prisioneros procedentes de Guantánamo a través de la base de Lajes, pero estudiando caso por caso y bajo determinadas circunstancias.

El embajador estadounidense señaló en su informe que la decisión adoptada por Amado fue especialmente difícil debido a las críticas por el paso de vuelos de la CIA por el espacio aéreo portugués de los medios de comunicación lusos y el ala izquierdista de su propio partido, el socialista.

Hoffman subrayó, asimismo, que el acuerdo alcanzado entre ambos países nunca se había hecho público.

El ministro de Exteriores luso reconoció en 2006 y ante el Parlamento que vuelos operados por la CIA sobrevolaron el espacio aéreo portugués -supuestamente con sospechosos de terrorismo a bordo-, aunque aseguró que el Gobierno no tuvo conocimiento de ello y que dimitiría si se demostraba lo contrario.