El Parlamento Europeo (PE) puso ayer fin a la disputa que mantenía desde hace meses con los gobiernos de los Veintisiete y aprobó el presupuesto comunitario para 2011, que aumentará un 2,9% respecto al de este año.

Los eurodiputados aceptaron finalmente las cifras globales pactadas por los estados miembros a cambio de un compromiso para que se les tenga en cuenta en las negociaciones del próximo marco plurianual. Después de dos meses de negociaciones, la Eurocámara obtuvo una garantía de las próximas cuatro presidencias semestrales comunitarias -Hungría, Polonia, Dinamarca y Chipre- para participar en el proceso.

Los eurodiputados consideran que esa competencia les corresponde en virtud de las modificaciones introducidas por el Tratado de Lisboa, pero algunos miembros del Consejo -que representa a los gobiernos- se oponían, en lo que muchos analistas interpretaron como una guerra de poder entre las dos instituciones.

Finalmente, el pleno del PE dio ayer luz verde a las cuentas para el próximo ejercicio con las cifras acordadas por los países: 126.500 millones de euros en créditos de pago -aquellos que se abonarán el próximo año- y a 141.800 millones en el total de créditos de compromiso.

Entre tanto, la Unión Europea tratará de escenificar su unidad a la hora de afrontar la persistente crisis de las finanzas públicas por la que atraviesa la eurozona, durante la cumbre de jefes de Estado o Gobierno que se celebrará en Bruselas a partir de hoy.

En otro contexto, el pleno del Parlamento comunitario aprobó una serie de enmiendas a las normas que regulan a las agencias de calificación de crédito y que permitirán a la nueva autoridad supervisora comunitaria multar a las que no cumplan.

Las modificaciones recibieron el respaldo de 611 diputados, 15 votos en contra y 26 abstenciones.