La presencia ayer en la calles de Atenas de más de 5.000 policías y el bloqueo del acceso de vehículos al centro urbano no lograron evitar los disturbios provocados por grupos de radicales que participaron en las marchas para recordar el segundo aniversario del asesinato del joven Alexis Grigorópulos, de 15 años, por los disparos de un policía.

Las brigadas antidisturbios dispersaron con bombas de sonido a unos 400 encapuchados que rompieron vitrinas de tiendas y de sucursales de bancos y destruyeron mobiliario urbano durante las manifestaciones de estudiantes y docentes.

En total, unas 10 personas fueron detenidas y tres resultaron heridas leves, según las últimas informaciones policiales.