Un centro de estudios que promueve los derechos de la mujer en Chile interpuso hoy la primera querella por violencia sexual como forma de tortura, sufrida por una mujer durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

El caso de Patricia Herrera, una militante del Partido Socialista que fue detenida en 1974 y que fue víctima de todo tipo de vejaciones, marcó hoy un hito en materia de justicia de Derechos Humanos ya que por primera vez el Estado tendrá que investigar judicialmente un tema que se ha mantenido silenciado hasta ahora.

"Es una querella simbólica porque es la primera vez que estamos diciendo con todas sus letras: las mujeres fueron torturadas durante el gobierno militar y la forma de tortura que sufrieron fue la violencia sexual", dijo hoy a Efe, tras presentar la querella en la Corte de Apelaciones de Santiago, la abogada de la Corporación Humanas Paulina Maturana.

La abogada explicó que durante el régimen militar miles de mujeres fueron violadas de forma "sistemática y generalizada" pero que no habían querido compartir sus experiencias hasta ahora por vergüenza, pudor y miedo a enfrentar un pasado que desean olvidar.

"Espero que se haga Justicia, pero lo primero que espero con el cierre de este ciclo y el inicio de otro es que se visualice el tema", señaló Patricia Herrera, que nunca dejó de luchar y que consagró su vida a denunciar lo que sufrieron ella y miles de mujeres.

"Poner el tema sobre ''el tapete'' de la agenda pública es un logro para todas las mujeres que hoy día no pueden hablar porque no están o porque decidieron enterrarlo 30 años atrás", apuntó.

Herrera, que entonces era una universitaria de 19 años, fue detenida la noche del 27 de junio de 1974 "por pensar distinto".

Fue llevada a un centro de detención y tortura que había en la época bajo la Plaza de la Constitución, frente al Palacio de La Moneda, donde, mientras la tenían encañonada con una pistola, la violaron sistemáticamente los once días que estuvo allí.

Tras pasar por otros centros de tortura, un pabellón secreto en el que se convirtió en una "desaparecida" y por un campo de concentración, el 2 de septiembre de 1975 fue puesta en libertad y empezó su exilio en París.

Muchas otras mujeres corrieron la misma suerte y 3.399 rompieron su silencio en 2005, cuando presentaron sus casos ante la Comisión sobre Prisión Política y Tortura, que permitió que 27.255 detenidos desaparecidos, ejecutados y víctimas de prisión y tortura accedieran a medidas de reparación.

La Comisión Valech se reabrió el pasado febrero y tendrá hasta el próximo enero para estudiar los nuevos casos presentados.

Herrera explicó que ya había interpuesto otras querellas por tortura pero "generales", nunca una que plasmara que la violencia sexual fue una forma de tortura durante la dictadura.

La querella presentada este martes tiene por objeto solicitar la sanción por los delitos de secuestro, tortura, violación y tratos inhumanos crueles y degradantes en contra de todos aquellos responsables, que formaban parte del servicio de inteligencia de Carabineros, el SICAR, explicó Maturana, que dijo tener "absoluta esperanza" en que se haga Justicia.

La abogada denunció la falta de visibilidad de este tipo de agresiones, de las que no hay ningún proceso judicial abierto, y dijo esperar que, además de reparar a las mujeres afectadas, querellas como la presentada hoy obliguen al Estado a dar "garantías de no repetición".

"Esperamos que sea un antes y un después", puntualizó tras asegurar que esta es la primera de varias querellas que la Corporación Humanas prepara.

"Uno siempre en la vida tiene temores, pero los temores hay que sobrepasarlos porque si no la vida nos sobrepasa", concluyó Herrera, que 37 años después del golpe militar en Chile rompió el silencio del que espera salgan todas aquellas mujeres que sufrieron su mismo calvario.