Los ministros de Economía de la eurozona consideraron ayer suficiente el fondo de rescate de 750.000 millones de euros creado en mayo para asistir a los países con problemas para refinanciar su deuda y descartaron aumentarlo, desoyendo las peticiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la presidencia belga.

"De momento no hay motivo para aumentar el volumen" del fondo de rescate, argumentó el primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, al término de la reunión.

"Hay suficientes recursos para hacer frente a otros casos si es necesario", puntualizó el director del fondo de rescate, el alemán Klaus Regling, que explicó que el rescate de Irlanda sólo consumirá el 10% de la parte intergubernamental del mecanismo, que asciende a 440.000 millones de euros. Por este motivo, a su juicio, es un "error" considerar que la dotación del fondo es "demasiado pequeña".

El comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, señaló que, tras ayudar a Dublín, todavía quedarán 37.500 millones de euros de los 60.000 millones que constituyen la parte comunitaria del fondo de rescate.

Del mismo modo, el Eurogrupo no adoptó ninguna "nueva decisión" para frenar la crisis de deuda de la eurozona, según ha confesado Juncker.

Antes del inicio de la reunión, la canciller alemana, Angela Merkel, había rechazado las dos nuevas iniciativas planteadas, la ampliación del fondo de rescate y la emisión de eurobonos.

Los ministros de Economía ni siquiera llegaron a discutir la idea de los eurobonos, promovida por el propio presidente del Eurogrupo.

Sin embargo, Juncker defendió que este plan "no es tan estúpido como suena" y se mostró convencido de que acabará triunfando.

Por su parte, el comisario de Asuntos Económicos reiteró que se trata de una idea "intelectualmente atractiva" pero subrayó que ya ha sido rechazada por los Estados miembros.

La canciller alemana, Angela Merkel, fue la que lideró el rechazo a la emisión de bonos conjuntos de los países de la eurozona, así como al aumento del fondo de rescate.

"En nuestra opinión, el Tratado no permite ningún tipo de eurobono ni tipo de interés uniforme", aseveró Merkel en Berlín en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro polaco, Donald Tusk. En su lugar, la canciller volvió a defender una mayor disciplina fiscal por parte de los países de la eurozona.

Por su parte, la ministra de Economía, Elena Salgado, aseguró que la emisión de eurobonos es una posibilidad "lejana" porque exigiría una reforma del Tratado.