Costa de Marfil cuenta hoy con dos presidentes y se encuentra en un grave riesgo de guerra civil, tras haber sido investidos, en distintas ceremonias, el candidato opositor Alassane Ouattara y el hasta ahora gobernante, Laurtent Gbagbo.

Después de la ceremonia oficial en la que Gbagbo juró el cargo para un nuevo mandato de cinco años, pese al rechazo internacional, Ouattara, apoyado por la comunicad internacional, informó en un correo electrónico de que había sido investido tras ganar los comicios presidenciales.

Ouattara, que fue el ganador de las elecciones del pasado 28 de noviembre, según la Comisión Electoral Independiente (CEI), fue investido por la mañana y su designación se comunicó al Consejo Constitucional, según señaló en el mensaje uno de sus más próximos colaboradores.

Posteriormente, el primer ministro, Guillaume Soro, líder de las Fuerzas Nuevas, presentó su dimisión a Ouattara, tras reconocer su victoria electoral y tras haber "completado su misión de organizar las elecciones presidenciales", dijo la nota.

Antes de conocerse esta información, el actual jefe del Estado, Laurent Gbagbo, juró como presidente para un nuevo mandato y rechazó la "injerencia" internacional en los asuntos de su país.