El ministro francés de Defensa, Alain Juppé, dijo hoy que desclasificará los documentos que soliciten los jueces sobre un atentado en Karachi (Pakistán) en 2002, en el que murieron 11 franceses, si lo aprueba la comisión sobre el secreto de defensa.

En declaraciones a la emisora RTL, el responsable de Defensa aseguró que, "como todo ciudadano", está dispuesto a responder ante una eventual convocatoria de la Justicia sobre el caso y defendió la actuación del primer ministro, François Fillon, al no aceptar que se registrase la Dirección General de la Información Exterior (DGSE), como había solicitado el juez que investiga el atentado.

El lugar al que pretendían acceder los investigadores "debería ser un lugar secreto, si queremos preservar la credibilidad de nuestros servicios de inteligencia", subrayó Juppé.

"En cambio, tanto el presidente (Nicolas Sarkozy) como el primer ministro y yo mismo hemos dicho que los documentos que puedan interesar a los jueces de instrucción serán desclasificados, después de que se pronuncie la comisión (sobre el secreto de defensa), evidentemente", agregó.

Las declaraciones del titular de Defensa y ex primer ministro se producen el mismo día en el que el periódico "Le Parisien" aseguró que el juez de instrucción Renaud Van Ruymbeke registró recientemente el Ministerio de Presupuesto en busca de pruebas sobre "montajes financieros opacos".

Agrega el diario que el magistrado encontró documentos "extremadamente interesantes" que confirmarían esa trama financiera relacionada con la venta de submarinos a Pakistán.

La investigación sobre los atentados de Karachi en 2002 intenta esclarecer las circunstancias de la venta de submarinos franceses a Pakistán 1994 y el pago de unas presuntas comisiones ilegales.

Según la acusación, el final de ese pago pudo provocar que los servicios secretos paquistaníes quisieran vengarse de Francia y organizaran así el atentado de Karachi contra ingenieros militares galos.

El caso tiene también ramificaciones políticas, puesto que algunos testigos han señalado que parte de las comisiones pagadas a Pakistán pudieron volver a Francia para financiar la campaña de las Presidenciales de 1995 del entonces primer ministro, Edouard Balladur, cuyo portavoz era entonces Nicolas Sarkozy, quien también ocupaba la cartera de Presupuesto.

También se han visto salpicados por el caso el entonces presidente, Jacques Chirac y el ex primer ministro, Dominique de Villepin, a quienes se señala por presuntamente haber dejado de pagar esas comisiones, aunque manejaban un documento oficial que indicaba que eso podía entrañar un riesgo para los ingenieros franceses.