Las autoridades alemanas mantendrán por ahora la alerta activada tras conocerse la existencia de planes de atentado para este mismo mes, mientras investigan la procedencia de la enigmática bomba aparecida en un vuelo destinado a Múnich, que resultó ser un "cebo" para probar los sistemas de alarma.

Por lo pronto, lo único que se sabe a ciencia cierta es que la pieza de equipaje no contenía explosivos, "y que en ningún momento peligró la vida de los pasajeros", indicó ayer el ministro de Interior, Thomas de Maizière, tras la alarma desatada por la presencia del mecanismo sospechoso en un vuelo de Air Berlin.

Los expertos de la Oficina de Investigación Criminal (BKA) desplazados al aeropuerto de Windhoek (Namibia), del que partía el vuelo destinado a Múnich con 296 pasajeros, constataron que se trataba de un cebo de fabricación estadounidense, como los que se usan sin previo aviso para verificar los sistemas de seguridad.

El cometido de la maleta y su contenido se conocen, pero no su destinatario o procedencia, por lo que por el momento hay muchas cuestiones abiertas, admitió el ministro.

De Maiziere explicó que se trata de averiguar quién compró esa maleta de fabricación especial en EEUU y quién trató de introducirla en el avión con destino a Alemania.

El ministro reconoció que no descarta -"aunque lo considero altamente improbable", dijo- que el cebo hu-biera sido depositado ahí por responsables de seguridad alemanes. "Por supuesto, también investigamos en esa dirección", dijo, para añadir que sí puede descartarse una implicación de agentes del BKA, porque no entra en sus competencias.

Incógnita

Durante toda la jornada del jueves se mantuvo la incógnita de si el mecanismo interceptado contenía o no explosivos y sólo a última hora la televisión pública ZDF filtró que se trataba de una trampa.

El propio BKA informó en primer lugar de la presencia de ese mecanismo -antes de que lo corroborase el ministro-, que según su comunicado consistía en un cable, una batería, un detonador y un reloj en funcionamiento.

Mientras se trata de despejar los enigmas de la maleta, el ministro explicó que la alerta se mantendrá por tiempo indefinido, el más alto de los últimos tiempos en el país.

El ministro insistió en su llamada a mantenerse atentos, sin dejarse llevar por el pánico, la consigna mantenida por el político en sus tres comparecencias consecutivas -miércoles, jueves y ayer-, tras alertar de la existencia de "indicios concretos" de atentado.

De Maizière no corroboró en ninguna de estas intervenciones las informaciones de los medios, según los cuales los presuntos miembros del comando, de dos a cuatro individuos entrenados en campamentos de Al Qaeda de Pakistán, podrían llegar a Alemania el lunes.

Tampoco reveló -"por razones estratégicas", dijo- cuánto tiempo se mantendrá esa situación de alarma. Se estima, sin embargo, que se prolongará durante todas las Navidades, ya que entre los objetivos que barajan los medios están los mercadillos navideños.

La alarma se mantiene "en toda Alemania", dijo, para llamar luego a la ciudadanía a no dejarse amedrentar por la amenaza terrorista y acudir, como todos los años, a los tradicionales puestos callejeros.

De Maizière hizo estas declaraciones al término de la conferencia de titulares de Interior de los 16 "Länder", una reunión de índole regular pero que quedó marcada por la alerta antiterrorista.

El jefe de la Policía Federal, Matthias Seeger, advirtió en declaraciones ayer al diario Bild que el peligro de un ataque terrorista es mayor que nunca y que existen indicios de que radicales islámicos planean perpetrarlos las próximas semanas.

Añadió que en una escala de peligro de atentado de uno a diez "nos encontramos actualmente en nueve" y advirtió de que los objetivos más amenazados son las estaciones de tren y los aeropuertos.