La OTAN aprobará hoy el esquema de una retirada gradual de las tropas internacionales en Afganistán, que prevé transferir la seguridad a las autoridades afganas en 2014, y celebrará una cumbre con Rusia en la que invitará a este país a cooperar en un sistema antimisiles.

Los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 países de la Alianza Atlántica se reúnen hoy en Lisboa con los mandatarios de la veintena de países que tienen tropas desplegadas en Afganistán para trazar el esquema de la gradual salida del país asiático.

A la cumbre asisten además el presidente afgano, Hamid Karzai, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el primer ministro de Japón, Naoto Kan, y el presidente del Banco Mundial, Robert B. Zoellick.

Japón asiste a la reunión porque aunque no tiene tropas en Afganistán respalda económicamente la misión internacional de la ISAF en Afganistán y en los próximos meses enviará personal médico, según señalaron fuentes de la OTAN.

La reunión de hoy lanzará oficialmente el periodo de transición en el país asiático, que prevé comenzar a traspasar las responsabilidades en materia de seguridad a los afganos a mediados de 2011 para concluir ese proceso a finales de 2014.

La OTAN subraya que la fecha de 2014 no implica que vaya a producirse una retirada total de Afganistán ya que sobre el terreno seguirán tropas, aunque con otras tareas, fundamentalmente de ayuda y adiestramiento a las fuerzas afganas.

Para trazar el calendario de la salida se establecerá un sistema de medición de las condiciones de seguridad, distrito por distrito y provincia por provincia.

Por la tarde, los mandatarios de la OTAN se reunirán con el presidente ruso, Dmitri Medvédev, para relanzar las relaciones con Moscú, iniciadas hace casi 20 años pero caracterizadas por los altibajos.

La Alianza acordó ayer disponer de un "escudo" antimisiles y proponer hoy a Rusia y "otros socios Euroatlánticos" colaborar en el mismo.

El "escudo", que, según la OTAN, no sería un "único sistema integrado", sino la conjunción de dos, el ruso y el aliado, cubriría toda Europa y el territorio de la Alianza Atlántica y Norteamérica ante el riesgo de eventuales ataques con misiles balísticos.