Una multitud despide hoy los restos del ex mandatario argentino Néstor Kirchner en un funeral de Estado encabezado por su esposa, la presidenta Cristina Fernández, al que acudieron varios mandatarios de la región, aunque también se registraron significativas ausencias.

Los restos de Kirchner, fallecido ayer de un ataque al corazón, serán velados en la sede del Gobierno hasta las 10 hora argentina (13.00 GMT) de este viernes para luego ser trasladados a su natal provincia de Santa Cruz, donde serán sepultados en un panteón familiar, informaron fuentes oficiales.

Allí se espera que una caravana acompañe mañana el féretro del ex mandatario hasta el cementerio municipal de Río Gallegos, capital de Santa Cruz, donde se prevé una ceremonia íntima con sus más allegados.

Los presidentes de Bolivia, Evo Morales; Chile, Sebastián Piñera; Ecuador, Rafael Correa; Uruguay, José Mujica; Colombia, Juan Manuel Santos; Venezuela, Hugo Chávez; Paraguay, Fernando Lugo; y Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, viajaron hoy a Buenos Aires para despedir los restos y acompañar a Fernández en el trance.

Además, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) ha declarado tres días de duelo en la región por la muerte de quien era secretario general de la agrupación.

Frente a la Casa Rosada, sede del Gobierno, la liturgia peronista y un clima generalizado de respeto y congoja, sólo roto para increpar al vicepresidente Julio Cobos, enemistado con el gobierno, compusieron hoy la fotografía del incesante desfile popular que esperaba su turno para ingresar a la sala donde se desarrolla el velatorio.

Con banderas argentinas y ramos de flores, los primeros en llegar al "Salón de los Patriotas Latinoamericanos" de la Casa Rosada permanecieron en vigilia durante toda la noche en la Plaza de Mayo para no perder su lugar.

Al velatorio acudieron decenas de funcionarios, dirigentes políticos y humanitarios, artistas y personalidades, como Diego Maradona, pero también destacaron las significativas ausencias del resto de los ex presidentes argentinos, como Eduardo Duhalde, Carlos Menem y Fernando de la Rúa.

Medios locales aseguraron que Duhalde, antiguo mentor y después convertido en encarnizado enemigo de Kirchner, desistió de acudir a la Casa Rosada tras recibir una llamada del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, en la que éste le pidió que no se presentara para evitar provocaciones.

Otro gran ausente fue el vicepresidente Cobos, que optó por transmitir sus condolencias por teléfono al jefe de Gabinete de ministros para evitar tensiones, después de que cientos de simpatizantes peronistas corearan consignas en su contra en la Plaza de Mayo, frente a la sede del Gobierno.

Tampoco ha aparecido hasta ahora en la Casa de Gobierno Mauricio Macri, el conservador alcalde de Buenos Aires, uno de los acérrimos enemigos políticos de Kirchner, fallecido este miércoles a los 60 años en la sureña localidad de El Calafate, adonde había viajado esta semana con su esposa.

Por el "Salón de los patriotas latinoamericanos" de la Casa Rosada sí han pasado algunos dirigentes opositores, como Francisco de Narváez, del llamado peronismo disidente, y el radical Ricardo Alfonsín, hijo del desaparecido ex presidente Raúl Alfonsín.

También mañana continuarán las visitas internacionales, como la de la ministra de Asuntos Exteriores de España, Trinidad Jiménez, y del ex presidente Felipe González, quienes llegarán a Buenos Aires para asistir a las exequias de Kirchner.

La presidenta Fernández no se ha movido prácticamente en todo el día del lado del féretro cerrado de su marido, arropada en todo momento por sus hijos, Máximo y Florencia, familiares, amigos y miembros del Gabinete.

Entre manifestaciones de ánimo, cánticos peronistas, llantos y abrazos de seguidores, la mandataria se prepara para ejercer el poder en soledad, después de 35 años de matrimonio y cuando falta un año para las elecciones generales en las que Kirchner sonaba como candidato.