Irán anunció hoy la detención de tres hombres a los que identificó como rebeldes suníes que desempeñaron un papel crucial en el atentado suicida que en mayo de 2009 segó la vida de 25 personas en una mezquita situada cerca de la frontera con Afganistán y Pakistán.

"Esos tres terroristas entraron de forma ilegal en el país desde un estado vecino para perpetrar su horrible acto... allí habían sido entrenados", dijo un responsable iraní citado sin identificar por la agencia de noticias estatal Irna.

La fuente aseguró, asimismo, que los detenidos están vinculados con el grupo rebelde suní baluchi "Yundulah" (Ejército de Dios) y que "desempeñaron un papel clave en el atentado contra la mezquita de Zahedan".

Tres días después del atentado, del que Yundulah asumió la responsabilidad, las autoridades iraníes ajusticiaron en público a tres hombres acusados de participar en la matanza.

Zahedan es una de las dos capitales de la conflictiva provincia oriental iraní de Sistan-Baluchistán, limítrofe con Pakistán y Afganistán.

Considerada una de las fronteras más peligrosas del mundo, es puerta de salida de la mayor parte de la droga que se cultiva en Afganistán, primer productor mundial de opiáceos.

Además, en ella actúan traficantes de armas y de personas, además del citado grupo rebelde suní.

Un mes después del atentado de Zahedan, otro suicida al que se vinculó con Yundulah segó la vida de 42 personas en la misma zona, entre ellos dos altos mandos de la guardia revolucionaria iraní y una quincena de oficiales.

Este mismo año, las autoridades iraníes atraparon y ejecutaron al líder de citado grupo, Abdul Malik Rigi.