El representante especial de la ONU para la República Democrática del Congo, Roger Meece, dijo hoy que la misión de la institución en ese país va a tomar medidas adicionales para proteger más a los civiles que viven en el este del convulso país africano.

Meece, que informó hoy al Consejo de Seguridad sobre la situación de seguridad en el país africano, expresó la preocupación por la situación de violencia y abusos que sufren los civiles en el país por parte de grupos rebeldes y de las mismas fuerzas armadas congoleñas.

La decisión sigue a la denuncia que el jueves realizó la representante especial de la ONU para la violencia sexual en los conflictos, Margot Wallström, quien acusó a las fuerzas armadas de la RDC de haber cometido violaciones y abusos de los derechos humanos.

Wallström señaló que las fuerzas de mantenimiento de la paz en el país africano (MONUSCO) "han dado informaciones de que las fuerzas armadas congoleñas han cometido violaciones", así como actos de pillaje y participado en asesinatos.

La representante especial de la ONU calificó de "inaceptable" e "inimaginable" la actuación de las fuerzas armadas de la RDC, que bajo el mando del identificado como "teniente coronel Serafim" habrían cometido esos actos en las mismas comunidades que ya sufrieron hace unos meses la brutalidad de grupos como las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) y las milicias "mai-mai".

Wallström pidió al comité de sanciones del Consejo de Seguridad que incluya a Serafim, del grupo rebelde hutu ruandés FDLR, en su lista de sanciones.

Meece señaló que los ataques ocurridos en la provincina de Kivu Norte "muestran la importancia de proteger a los civiles y ha inducido a MONUSCO a revisar sus procedimientos y a tomar medidas adicionales para protegerles", incluida la zona de Walikale.

A principios de octubre, MONUSCO detuvo a uno de los cabecillas rebeldes presuntamente responsables de la violación de al menos 303 civiles en esa región oriental del país.

Según datos de la ONU, unos 200 guerrilleros "mai-mai" y del FDLR son responsables de la violación de varios cientos de civiles ocurrida durante una ofensiva rebelde contra 13 poblaciones de Walikale entre el 30 de julio y el 2 de agosto pasados.

Las provincias del este de Congo están asediadas por el FDLR y por la milicia "mai-mai", que han mantenido sus operaciones en la región, inmensamente rica en recursos minerales, desde el fin de la guerra del Congo (1998-2003).

El representante especial de la ONU para la RDC señaló que MONUSCO ha ampliado ya su número de bases en el este de ese país y contribuyó a la detención el 5 de octubre del líder rebelde Sadoke Kikonda Mayele, teniente coronel de los "mai-mai".

La organización humanitaria Oxfam denunció hoy, a su vez, que hay "miles de personas que pueden quedar indefensas" en esa región congoleña, a menos que MONUSCO refuerce su presencia en las áreas en las que la guerrilla ugandesa Ejército de Resistencia del Señor (LRA, siglas en inglés) están "cometiendo brutalidades".

Asimismo, señaló que el nivel de inseguridad ha obligado a dejar de lado los planes humanitarios y que ahora en la región de Bas-Uelé de ese país hay un 43% de desplazados debido a la violencia del LRA, y que dependen de la asistencia para sobrevivir.

El responsable de Oxfam en la RDC, Marcel Stoessel, señaló mediante un comunicado de prensa que MONUSCO ha fracasado en proteger a miles de personas que tienen necesidad urgente de protección y asistencia".

"El LRA ha asesinado y secuestrado a más gente que ningún otro grupo en el Congo", consideró Stoessel, al tiempo que calificó de "inadecuados" los recursos que la ONU destina a la protección de los civiles y deberían de asignarles una mayor prioridad.

Subrayó que "la prioridad del Gobierno congolés debería ser proteger a los civiles. Los ataques de las últimas semanas demuestran que los esfuerzos para mantener a la gente a salvo son inadecuados".

La misión de estabilización de la ONU en la RDC es la mayor que tiene desplegada la institución internacional, con más de 18.000 "cascos azules" desplegados en un inmenso país, y según Oxfam, sólo 1.000 fuerzas internacionales de paz están desplegadas en las regiones en donde actúan las milicias del LRA.

Osfam denunció que desde septiembre de 2008, el LRA "ha asesinado a más de 2.000 personas, secuestrado a 2.500 y provocado el desplazamiento de otras 400.000 dentro del RDC y hacia Sudán y la República Centroafricana".