El Gobierno de EEUU anunció hoy que, a petición del sindicato de trabajadores del acero, ha emprendido una investigación sobre las prácticas y políticas comerciales de China que, a su juicio, perjudican la inversión en tecnologías verdes.

El representante de Comercio Exterior, Ron Kirk, dijo que la investigación responde a una solicitud presentada el pasado 9 de septiembre por el Sindicato de Trabajadores del Acero (USW), que alegó que China subvenciona injustamente los negocios en los sectores de energía eólica y solar y de otros productos.

Según USW, esas políticas incluyen restricciones a las exportaciones, subsidios ilegales, discriminación contra empresas e importaciones del extranjero, requisitos para la transferencia de tecnología y subsidios que "causan graves prejuicios a intereses estadounidenses", agregó la oficina de Kirk.

El documento, de 5.800 páginas, alega que gracias a esos subsidios los negocios chinos pueden vender equipos de energía eólica y solar a bajos precios en el mercado internacional, y eso supone una ventaja desleal para las empresas estadounidenses.

El sindicato responsabilizó a esas políticas comerciales del aumento del déficit comercial anual de EEUU en el área de tecnologías verdes con China.

China es, según USW, el principal responsable del déficit comercial global de EEUU en ese sector.

Kirk agregó en un comunicado que la tecnología verde "será el motor de los empleos en el futuro", y el Gobierno de Barack Obama pretende "nivelar la cancha" para los trabajadores y negocios en ese pujante sector.

"Tomamos muy en serio las quejas de USW (...) apoyadas con suficientes pruebas y que puedan ser abordadas con el arbitraje de la Organización Mundial de Comercio, perseguiremos vigorosamente el cumplimiento de nuestros derechos a través de un litigio" en ese órgano mundial, afirmó Kirk.

El líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Steny Hoyer, aplaudió la decisión de la Oficina del Representante Comercial de EEUU de iniciar la investigación al asegurar que "cuando la competencia es justa los negocios estadounidenses seguirán teniendo éxito".

"Esta acción demuestra el compromiso de los demócratas de proteger a los trabajadores estadounidenses y crear empleos acá en casa", afirmó Hoyer.

Bajo las leyes actuales, el Gobierno de Obama tiene un plazo de 90 días para investigar las quejas presentadas por USW, para luego decidir si presentará un caso contra China ante la Organización Mundial de Comercio (OMC).

En el supuesto de que EEUU gane el caso, el Gobierno de Washington podría imponer tarifas a las importaciones chinas si Pekín no abandona esas prácticas comerciales.