Veinte años después de la unificación, la extinta República Democrática Alemana (RDA) ha perdido 1,7 millones de habitantes y el porcentaje de beneficiarios de ayuda social es el doble que en el Oeste del país, mientras que las costumbres de consumo se han equiparado.

Esos son algunos de los datos de un informe especial de la Oficina Federal de Estadística preparado con motivo del 20 aniversario de la reunificación alemana, que se celebra mañana domingo.

"20 años de unidad alemana - Deseo o realidad", es el título del documento en el que se constata que el nivel salarial en el Este del país equivale actualmente a las tres cuartas partes del que tiene el Oeste.

Este último dato, basado en estadísticas de 2009, se relativiza señalando el progreso registrado desde 1991, cuando el nivel salarial del Este no alcanzaba ni siquiera la mitad del que tenía el Oeste.

Pese a ese avance, el informe indica que los primeros veinte años de unidad alemana han estado marcados por las diferencias económicas entre ambas partes.

Así, por ejemplo, la pérdida de población -que ha descendido en el Este un 11,7 por ciento desde 1990, mientras que en el Oeste creció en un 6,5 por ciento- tiene que ver principalmente con la emigración de los jóvenes hacia el Oeste del país o hacia el extranjero en busca de mejores posibilidades de trabajo.

Eso se entiende si se piensa que, mientras en el Oeste de Alemania el índice de desempleo es del 6,4 por ciento, en el Este alcanza el 12,6 por ciento.

Otro factor que ha contribuido al descenso de la población ha sido la baja de la tasa de natalidad que sido más pronunciada en los nuevos estados federados, donde ha caído en un 38 por ciento, que en los viejos "länder", donde la reducción ha sido del 22 por ciento.

El descenso de la natalidad en el Este fue especialmente fuerte en los cuatro años inmediatamente posteriores a la reunificación, cuando bajó un 44 por ciento, y esto es atribuido en el informe a la inseguridad que produjeron las radicales transformaciones vividas en esos momentos.

Pese a todos los agravios comparativos que siguen siendo tema de discusión en Alemania, hay también datos que muestran un proceso de equiparación de las condiciones de vida.

Así, por ejemplo, la expectativa de vida muestra una tendencia a igualarse y actualmente es de 82,5 años para una mujer en el Oeste y de 82,2 años en el Este, mientras que en 1991 ésta era de 73,1 años en el Oeste y de 77,2,2 años en el Este.

En los hombres la esperanza de vida ha aumentado desde 1991 de 73,1 años a 77,4 en el Este y de 69,9 años a 76,1 años en el Oeste.

Esa tendencia es atribuida por el informe a la mejora en las condiciones de vida y de trabajo.

Los gastos en bienes de consumo en el Este alcanzan actualmente el 80 por ciento de los del Oeste y, según el informe, los electrodomésticos y otros aparatos en una y otra parte del país suelen ser casi exactamente los mismos, mientras que en 1990 los teléfonos privados, por ejemplo, en la antigua RDA eran una rareza.

Sólo en secadoras de ropa se mantiene una clara diferencia: mientras que el 42 por ciento de las familias en el Oeste disponen de esos aparatos, sólo un 22 por ciento de los domicilios del Este los utilizan.