La presión de los diputados ha llevado al Parlamento Europeo (PE) a dar marcha atrás en su idea de multar a los parlamentarios que no acudan hoy al primer debate sobre el Estado de la Unión con el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso.

El presidente del PE, Jerzy Buzek, ha anunciado hoy que la Mesa de la Eurocámara decidió anoche frenar la propuesta aprobada por los líderes de los grupos políticos el pasado jueves, según la cual se llevarían a cabo tres controles de asistencia y se sancionaría económicamente a todos los diputados que no estuviesen presentes en al menos dos de ellos.

"Tenemos que mejorar la presencia de diputados en el hemiciclo durante este tipo de debates, pero creemos que requerimos más tiempo para ir sondeando las diferentes posibilidades", ha explicado Buzek.

Ayer, varios eurodiputados -muy aplaudidos por sus colegas- tomaron la palabra al inicio del pleno de Estrasburgo (Francia) para criticar el plan y anunciar un boicot si finalmente la medida era aprobada.

"Yo tengo intención de participar en el debate, pero si hay controles de asistencia no lo haré", declaró el diputado conservador alemán Bernd Posselt, que arremetió duramente contra la propuesta y dejó claro que los parlamentarios deben ser quienes decidan sus propias prioridades.

La liberal británica Sarah Ludford subrayó que la idea "perjudica la imagen" de la Eurocámara, pues da la impresión de que los "diputados sólo escuchan a Barroso porque se les paga".

"Nos estamos metiendo un gol a nosotros mismos. (...) Es un gran fracaso de relaciones públicas", insistió.

Acto seguido, el líder del grupo del Partido Popular Europeo (PPE), el mayor de la cámara, Joseph Daul, tomó la palabra para reconocer que los presidentes de grupo "quizás tomaron una decisión demasiado rápida" y para pedir a la Mesa que reconsiderase el asunto.

La escasa asistencia a muchos de los debates que se celebran en el hemiciclo es una preocupación importante para la Eurocámara, tal y como ayer dejó claro el presidente Buzek, que hizo un llamamiento a la responsabilidad de los diputados.

"Tomémonos este debate con la seriedad que merece", insistió Buzek, que anunció además que no se permitirá ninguna reunión ni actividad en el PE durante las casi tres horas del debate con Barroso para facilitar a todos los miembros de la cámara su presencia.