Portugal registró ayer 351 focos de incendio, de los que 35 siguen activos, mientras las llamas que consumían el parque natural de Serra da Estrela pudieron ser controladas, informó la Autoridad Nacional de Protección Civil (ANPC). El incendio de Aldeia da Serra, situado en el municipio de Seia, en el distrito de Guarda (norte), fue dominado por los centenares de profesionales destacados después de cuatro días de intensa actividad.

Según testigos, las llamas dejaron un profundo rastro de destrucción en esta zona protegida, considerada uno de los pulmones de Portugal, país donde los incendios se han cebado la úl-tima semana, especialmente en el norte. Sin embargo, la Serra da Estrela, próxima a la región española de Castilla y León, sigue acosada por un incendio que deflagró ayer en Arcozelo, en la localidad de Goiveia, en el distrito de Guarda. Cerca de una centena de profesionales luchan contra este incendio apoyados por 25 vehículos.

En el parque natural de Peneda Gerés, fronterizo con Galicia, la situación sigue in-quietando a las autoridades, ya que el fuego de Mezio-Travanca, en el distrito de Viana do Castelo, mantiene su fuerza tras cuatros días.

Críticas a la gestión

Cerca de 180 efectivos, 40 vehículos, cuatro aviones y dos helicópteros se afanaban en las tareas de extinción. Este espacio protegido ha sido severamente golpeado por los incendios los últimos días y algunos responsables municipales ya han criticado la gestión del parque por su falta de prevención.

Además, en el distrito de Viseu, donde proliferaron los fuegos al comienzo de esta semana, surgieron dos nuevos: en los municipios de Sao Pedro do Sul -ya afectado por fuegos anteriores- y en Mangualde.

Las últimas estimaciones elevan la superficie que ha ardido durante este año en Portugal a más 74.000 hectáreas, situación que levantó la preocupación de las más altas autoridades del país. El presidente luso, el conservador Aníbal Cavaco Silva, y el primer ministro, el socialista José Sócrates, interrumpieron el viernes, sus vacaciones para seguir de cerca las operaciones.

La ola incendios de agosto, la mayoría atribuidos a la acción del hombre, han provocado la muerte de dos bomberos, la evacuación temporal de aldeas y el corte de carreteras. Cerca de 700 militares han colaborado en las tareas de extinción de fuegos, en los que también han participado dos aviones galos Canadair, procedentes de la UE.