Asciende a 74 el número de muertos en los atentados perpetrados la noche del domingo en Kampala con bombas que explotaron entre personas que veían por televisión la final del Mundial de Fútbol 2010, confirmó ayer el gobierno de Uganda, que decretó una semana de duelo nacional.

La cifra oficial de víctimas mortales fue confirmada a los medios por el ministro del Interior ugandés, Matia Kasaija, después de que una decena más de personas ingresadas en hospitales de esta capital fallecieran a causa de las graves heridas recibidas en los atentados.

Las bombas hicieron explosión en un club de rugby y en un restaurante de comida etíope, en donde los congregados veían el partido que España ganó a Holanda (1-0) en pantallas gigantes de televisión.

El presidente ugandés, Youeri Museveni, visitó las escenas de los ataques, el Club de rugby Kyadodondo, en la localidad de Lugogo y el Restaurante y Bar Villa Etiopía, en el suburbio Kabalagala de esta capital, como así también el hospital Mulago, donde fue ingresada la mayoría de los heridos.

"Uganda no se doblegará ante estos cobardes ataques", dijo Museveni, quien añadió "Por qué atacaron a hinchas de fútbol que miraban un partido?.. si querían atacar hubieran atacado al Ejército".

La milicia islamista somalí Al Shabab, vinculada a Al Qaeda, es la principal sospechosa de los atentados pero su autoría no ha sido ratificada fehacientemente pues hay versiones contradictorias de sus propios portavoces, algunos de los cuales adjudican al grupo los ataques mientras otros, si bien se congratulan por los mismos, niegan su participación.

"No hablaré de quién es responsable, pero puedo decir que estoy caminando en las nubes de alegría y que el próximo punto sangriento será Buyumbura (la capital de Burundi)", dijo por teléfono uno de los máximos líderes militares de Al-Shabab, Sheikh Yusuf Hagi Essa Ahmed, conocido también como "Kabakudukade".

Uganda y Burundi aportan tropas a la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) en apoyo del Gobierno Federal de Transición (FTG) somalí, que cuenta con el respaldo de la comunidad internacional y al que Al Shabab intenta derrocar.

Museveni no se refirió directamente a cuál será su decisión política acerca de la continuación del despliegue militar ugandés en Somalia, pero varios ministros de su gabinete declararon que las tropas ugandesas continuarán apoyando "el esfuerzo de paz" en aquel país del Cuerno de África.