El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, se mostraron ayer decididos a "actuar rápido" para la puesta en marcha del plan de ayuda a Grecia. Ambos mantuvieron una conversación telefónica en la que "constataron su completa identidad de puntos de vista y reafirmaron su determinación de actuar rápido para poner en marcha el plan", según informó el Palacio del Elíseo.

Sarkozy y Merkel acordaron además seguir trabajando "activamente" para reforzar la estabilidad de la zona euro y la regulación de los mercados financieros, precisa la declaración difundida por la presidencia francesa.

Los dos mandatarios, prosigue, adoptarán en los próximos días una serie de iniciativas para que Europa "refuerce los mecanismos de vigilancia en la zona euro, acelere sus trabajos en la lucha contra la especulación y la mejora de la transparencia de los productos derivados y formule nuevas propuestas sobre la regulación de las agencias de calificación".

Son las conclusiones más destacadas de la conversación que Sarkozy tuvo con la canciller alemana justo antes de la reunión de trabajo que ayer celebró en el Elíseo con varios de sus ministros para analizar la crisis griega y la situación de los mercados financieros.

El primer ministro francés, François Fillon; el titular de Exteriores, Bernard Kouchner; la de Economía y Finanzas, Christine Lagarde; el de Presupuesto, François Baroin; y el secretario de Estado de Asuntos Europeos, Pierre Lellouche; acudieron a esta cita para ultimar los detalles de la contribución francesa al dispositivo de salvamento de Grecia.

El Parlamento francés inicia mañana la tramitación del proyecto de ley rectificador del Presupuesto que incluye, en particular, una dotación de 3.900 millones de euros de préstamos para Grecia a cuenta del ejercicio de 2010.

Según el esquema consensuado por los países de la zona euro, Francia es, con 6.300 millones de euros, el segundo mayor contribuyente del plan de salvamento europeo de Grecia -por detrás de Alemania (8.400)-, cifrado en un total de 30.000 millones, a los que se sumarían otros 15.000 millones que podría aportar el FMI.

Por otra parte, los dieciséis ministros de Finanzas de la zona euro se reunirán hoy en Bruselas para analizar el severo plan de ajuste que está a punto de aceptar el Gobierno griego y la eventual activación de la ayuda financiera internacional prometida a cambio.

Es la primera vez en los once años de historia de la moneda única europea que uno de los miembros de la zona ha de ser salvado de una bancarrota segura.