El presidente de EEUU, Barack Obama, aseguró ayer que "continuará la lucha" para sacar adelante la reforma del sistema sanitario en el país, pese a que los demócratas hayan perdido su mayoría absoluta en el Senado.

En un discurso durante una reunión con votantes en Elyria, en Ohio (EEUU), Obama indicó que "cuando me empecé a enfrentar con la cuestión de la reforma sanitaria no me las prometía muy felices. Sabía que iba a resultar duro". "Pero no me voy a retirar simplemente porque sea duro. Vamos a seguir trabajando para sacar esto adelante con los demócratas y los republicanos", subrayó.

"Voy a continuar la lucha en favor de reformas auténticas y significativas del sistema de salud. Seguiré la lucha en favor de una reforma que pida cuentas al sector asegurador y traiga más estabilidad y seguridad para la gente", señaló.

La inesperada derrota de los demócratas en Massachusetts -uno de los Estados más progresistas-, donde el republicano Scott Brown se impuso en unas elecciones para escoger al sucesor del senador Ted Kennedy, ha obligado a este partido a replantearse su estrategia para la reforma sanitaria. Al ganar este escaño, los republicanos, críticos de la medida, cuentan con los 41 senadores necesarios para bloquearla.

Un tono más populista

El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, indicó el jueves que Obama era partidario de aparcar por el momento la iniciativa, su principal prioridad legislativa, y tomarse "su tiempo" para decidir cómo actuar. Tras la derrota en Massachusetts, Obama ha optado por dedicar su atención a la economía y adoptar un tono más populista.

Si el jueves anunció una propuesta para restringir el tamaño y las actividades de los bancos comerciales, ayer en su intervención en Elyria aseguró que se presentó a las presidenciales "para vencer de una vez por todas" los problemas.

"Nunca dejaré de luchar por ustedes. Nunca dejaré de luchar para que vuelvan a crearse empleos, nunca dejaré de luchar por una economía donde se recompense el trabajo duro, donde se mantenga la transparencia, donde creemos los trabajos del futuro", sostuvo.

La popularidad de Obama está en horas bajas, en torno al 50% -un nivel escaso para un mandatario que acaba de cumplir su primer año de mandato- y en una entrevista esta semana admitió que "tomamos decisiones que no fueron populares. Cometimos errores. Yo, personalmente, cometí errores".