El presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, abandonó ayer la Casa Presidencial, aunque no dejará el poder hasta el próximo 27 de enero, cuando asumirá el mandatario electo, Porfirio Lobo, quien ha prometido una salida del país para el depuesto gobernante, Manuel Zelaya.

El anuncio de Micheletti se produjo mientras se abre la perspectiva de una salida para Zelaya, encerrado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa desde hace cuatro meses, y la transición se acelera con la entrega de credenciales a Lobo por parte del Tribunal Electoral y los preparativos para la instalación del nuevo Congreso.

"Voy a tratar de bajar mi perfil, tratar de moverme un poco a un lado para que el nuevo Gobierno pueda hacer sus atenciones", enfatizó el presidente de facto al Canal 5 de la televisión local, en Tegucigalpa, acompañado de su esposa, Siomara Girón.

Micheletti recordó que había pensado quedarse en la Casa Presidencial hasta el 27 de enero, cuando se cumplirá el mandato de Zelaya y asumirá Lobo.

"Sin embargo, no lo vamos a hacer, vamos a ir a la iglesia esa mañana mientras estén poniéndole la banda presidencial al señor presidente electo", dijo el gobernante, quien detenta el poder desde el golpe de Estado del pasado 28 de junio.